Las listas de jugadores de los eventos más importantes de las World Series of Poker han sufrido este año notables ausencias. Algunos jugadores muy conocidos han reducido su agenda en el Rio, por donde han aparecido bastante menos de lo habitual.
Estas misteriosas desapariciones no tienen nada que ver con una caída en desgracia de Las Vegas como destino pokerístico del verano. Muy al contrario, todo apunta a que este año nadie ha querido faltar a la mayor reunión de jugadores de poker del planeta.
La razón para esta disminución de glamour en las WSOP parece ser una acción sin precedentes en las mesas de cash. En las mesa privadas de los casinos del Strip, especialmente del Bellagio y del Aria, los jugadores podían jugar partidas en las que la ciega grande igualaba o superaba el valor de una entrada al Main Event.
Otros años, lo que se sabía sobre estas partidas era una mezcla de rumores e historias de segunda mano que poco ayudaban a hacerse una imagen del nivel de descontrol que se alcanzaba en las mesas. En 2018, gracias a las redes sociales de dos de los imprescindibles en estas mesas, Gus Hansen y Patrik Antonius, tenemos pruebas de todo.
Los nórdicos han conseguido romper el tradicional muro de silencio alrededor de las high stakes, y han subido fotos y vídeos a Instagram que te dejan con la boca abierta.
En esta panorámica de la mesa, Highstakes identifica una alineación completa de jugadores de high stakes a los que no hemos visto apenas en las WSOP.
Son, de izquierda a derecha, Timofey Kuznetsov «Trueteller», Aaron Katz, Mikael Thuritz «ChaoRen160» y Matt Ashton «Mustafabet».
Se sabe que Tom Dwan o Phil Ivey, que en otras temporadas habían participado en apuestas millonarias sobre brazaletes, han estado todo el verano en la ciudad y apenas han visitado el Rio. Otros jugadores como Jason Mercier, Dan Smith o Scott Seiver, mucho más animados a jugar torneos, también han sacrificado numerosos eventos para sentarse al cash.
Las leyendas sobre las interminables partidas de high stakes parecen ser ciertas. Gus Hansen muestra en su cuenta un registro de horas invertidas en los salones del Aria. En poco más de mes y medio, se ha encerrado en la Bobby’s Room un total de ¡364 horas!
La aportación de Patrik Antonius a este tema en particular es un llamativo vídeo en el que muestra a Dan Cates prácticamente desmayado en la mesa, mientras otro jugador se aplica colirio en los ojos para combatir los efectos del agotamiento.
Las ciegas y el formato de las partidas se eligen por consenso. Las más caras han alcanzado ciegas de 5.000$/10.000$ y 6.000$/12.000$. Para afrontar estos niveles, se han visto stacks millonarios.
En este vídeo de Antonius, que por el comentario parece ser el inicio de una partida de 5.000$/10.000$, el finlandés deja deslizar el objetivo de la cámara sobre un stack de más de 8000.000$.
Sobre la elección de juegos, los formatos tradicionales están vedados. Los tipos de partidas que se pueden ver en la Bobby’s Room solo tienen el límite que impone la imaginación de los jugadores. El vídeo más extremo de todo el verano es esta prueba gráfica sobre un grupo de siete jugadores jugando Omaha Flips. En cada mano, todos los jugadores van all-in por 42.000$, formando un bote de 294.000$ en cada barajado.
Hansen se volvió a conectar a su cuenta dos horas después, y aún seguían los flips. De locos.
Después de todo esto, a ver quién se atreve a dudar de todas las historias que se cuentan sobre estas partidas. Los rumores de años pasados parecen juegos de niños al lado de esto.