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Lex Veldhuis comparte su receta para superar el downswing más brutal

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No es necesario especular con los pobres resultados de Lex Veldhuis en los últimos meses.

El propio jugador los reconoce. Raszi está, en sus propias palabras, en medio del «downswing más brutal de su carrera». Sus seguidores en Twitch lo podí­an comprobar a diario, pues el holandés es de los que más horas le echan al directo en la categorí­a de poker de la web.

Las malas rachas son la prueba más difí­cil a la que se puede enfrentar un jugador. Herramientas como la gestión de banca o los análisas de bases de datos reducen al mí­nimo el stress de otros momentos clave como puede ser un cambio de nivel, un cambio de sala o la adaptación a un nuevo formato.

Sin embargo, una concatenación de desgracias que cortan constantemente tus deep runs o bad beats constantes que te cuestan sesiones enteras de posibles beneficios crean un ambiente muy tóxico para jugar. Esa horrible sensación en la boca del estómago cuando posas el cursor sobre el icono de tu sala online y solo puedes pensar en que te te vas a tener que enfrentar a otro dí­a en rojo no se la deseamos a nadie.

La varianza negativa provoca enormes dudas en el jugador, que no sabe si la suerte acabará por equilibrar los resultados a medio plazo o si lo que falla es su estrategia o su estado mental.

Lex ha decidido que es hora de hacer algo. Un tratamiento de choque que garantice resultados positivos. Tiene las claves para enfrentarse a estos duros tests, y las ha compartido con sus seguidores en las redes sociales.

  • Trabajar y estudiar. Confirmar las buenas decisiones y corregir las malas.
  • Dormir
  • Hacer ejercicio
  • Volver a las mesas fresco y can ganas

El plan tendrá una duración de una semana. Es el periodo de tiempo que ha decidido que es el más adecuado para reponer su estado fí­sico y mental ideal y rescatar una visión global de su estrategia en las mesas.

Pararse una tarde a ver gráficas y luego volver al dí­a siguiente a jugar con el riesgo de perder la fe en las conclusiones no es suficiente. Hay que alejarse más tiempo de la fuente de nuestra frustración, pero no lo bastante para cambiar nuestras rutinas o perder la oportunidad de refrendar los avances en sesiones con fuego real.

El alejamiento de las mesas que Lex propone es brusco y prolongado. Los primeros tres dí­as no piensa abrir el lobby. La vuelta es gradual. Un dí­a para asentar los conocimientos adquiridos y pasarlos de la libreta a la estrategia práctica y luego un dí­a libre y un último dí­a de codos en la mesa para pulir los defectos que haya desvelado la sesión práctica y reposar la cabeza y el cuerpo para volver con fuerza. Y con eso, listos para retomar el ritmo habitual.

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