Todos conocemos que en Macao se juegan las partidas de cash más caras del planeta. No obstante, creo que es complicado que nos podamos hacer una idea del volumen de dinero que se mueve en la capital asiática del juego en el poker, las apuestas o los juegos de casino.
Los magnates y los pros del cash suelen manejar cantidades bestiales, por lo que no es extraño leer historias de enormes préstamos realizados por los casinos a los millonarios orientales, para que puedan seguir gambleando.
Al contrario, esta práctica es habitual en Macao, ya que los ricachones que juegan allí tienen fortunas a las que dichos créditos no hacen ni cosquillas.
Normalmente, los súper grinders cumplen respetuosamente con las devoluciones. Sin embargo, como siempre, hay excepciones y la más sonada ha sido la de Shao Dongming, director ejecutivo de la empresa Dongming Investment y uno de los hombres más ricos de Shanghai.
Al parecer, el llamado «rey rojo del juego» acumuló una deuda de 160 millones de dólares de gamblear durante la festividad del Año Nuevo Chino de 2012 y pasó de saldarla. El casino afectado intentó acordar con él los plazos de la devolución y, presuntamente, el magnate utilizó sus contactos políticos para amenazar a las personas enviadas por el casino a negociar.
Las partes acabaron en los tribunales de Macao y además, el casino afectado presentó una queja ante la Comisión Central del Partido Comunista chino por las presiones recibidas de parte de las autoridades de Shanghai (alcalde incluido).
El tema se ha puesto serio, ya que incluso ha intervenido el presidente Xi Jinping tras asegurar que los casos de corrupción política son una gran amenaza para el sistema.
Dongming parece muy tranquilo. De hecho, al parecer ha declarado: «El que quiera crearme problemas, acabará en la cárcel». Menudo baller…
