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Reentradas ilimitadas: ¿Buenas o malas para el poker de torneos?

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Esta madrugada se jugó el dí­a 2 del WPT Five Diamond Classic en el Bellagio de Las Vegas. Es un gran torneo, con esa solera tan especial de ser uno de los veteranos del World Poker Tour, de los pocos que mantienen los 10.000$ como barrera de entrada y 90 minutos de juego por nivel.

El caso es que a las 17:30, hora de Las Vegas, a solo dos niveles del final del dí­a, aún no se sabí­a el nombre de ni un solo eliminado definitivo del torneo.

La organización decidió que el lí­mite de las reentradas ilimitadas para el evento quedara situado en el final del nivel 8. El torneo llevaba más de dos dí­as y medio en funcionamiento, y el registro seguí­a abierto.

Con este panorama, a algún pro se le fue la mano. Daniel Negreanu, que tiene los bolsillos de sus vaqueros forrados de seda, hizo uso de este privilegio de manera ostentosa, pasando seis veces por el cajero y dedicándole a sus diversas mesas un controvertido espectáculo compuesto de jugadas maestras como abrir all-in sin mirarlas

Temprano en el Bellagio con la cuarta bala. Fui all in con la mejor mano en el turn con la primera y desde aquella ando disparando. ACABARí‰ con fichas, lol.

Me está cambiando la suerte. Fui all-in sin mirarlas con J3o contra JJ y en la mesa vinieron KT2A…¡Dama! Jaja.

Negreanu es reincidente en este, llamémosle, delito pokerí­sitico. Porta orgulloso la medalla al mayor número de recompras en un torneo de las WSOP, con 46, en un torneo de 1.000$. Salvajadas como esa aceleraron la desaparición de los torneos con recompras en el circuito.

Este comportamiento, que en cierta manera hace de menos a quien está jugando un torneo tan caro con una única posibilidad de entrada, por no tener banca o haber salido de un satélite, y que a buen seguro no promociona la imagen del poker como juego de habilidad, provocó fuertes crí­ticas de «codelsa», como ya hicimos notar en la crónica. Pero el español no fue el único en sacar el tema en las redes.

Mike Matusow, que no es precisamente el paradigma de la mesura, profetiza el fin del poker se torneos, de seguir así­ la cosa.

La debacle del poker de torneos. Dejan ala gente reentrar en el evento principal del Bellagio hasta el último nivel del dí­a 2, 90 minutos de juego por nivel y 30 ciegas #Hayquearreglaresto.

Es posible que Matusow se viera también un poco afectado por el cachondeo que se formó en su mesa a costa de «The Mouth» por un suceso muy relacionado con el tema. Matusow habí­a eliminado a un jugador, que fue a hacer la correspondiente reentrada y al que le volvió a tocar en la misma mesa. Cuando volvió a sentarse, Mike se presenttó muy amablemente y le preguntó muy serio, «tu cara me suena bastante ¿hemos coincidido alguna vez?».

Ante los comentarios de alguno de sus seguidores, Matusow aclaró por qué le parece tan mal alargar tanto el periodo de reentrada.

Es facilí­simo. Lor torneos multientrada solo benefician a los grnades inversores o a jugadores con bolsillos muy hondos, mientras destruyen las posibilidades de victoria de los jugadores recreacionales.

Este argumento se lleva empleando desde que este tipo de torneos surgió en medio de la crisis finaciera a nivel mundial, a finales de la década pasada y principios de esta.

Por aquellas fechas, el director del Bellagio le explicaba a CardPlayer la razón de instituir esta norma. (ví­a Gambling911)

Cuando las cosas iban realmente bien en el mundo del poker, tení­amos toneladas de jugadoresen nuestros torneos freezeout. Entonces, la economí­a se fue a pique, e intentamos incrementar las bolsas de premios ofreciendo recompras. Esos torneos no funcionaron, porque espantaron a la gente con menos banca, que no se podí­a permitir varias entradas. Por ahora, parece que los torneos con reentrada atraen a jugadores de todo nivel de banca. Las entradas son lo suficientemente bajas para animara a los jugadores casuales, pero permiten a los pros venir y hacer su trabajo.

Si te están liando entre recompras y reentradas, el problema con los torneos con recompras eran que un jugador estaba prácticamente obligado a hacer el add-on si pretendí­a competir en igualdad de condiciones, lo que encarecí­a mucho el torneo. Con las reentradas, en teorí­a, que un jugador eliminado vuelva a pasar por caja equivale a un jugador que entra nuevo en el torneo. Pero quizá la diferencia no es tan acusada como debiera cuando no se pone un tope, por eso en muchos otros eventos las reentradas están limitadas a un número concreto – posibilidad de jugar dos dí­as 1, periodo ampliado de registro, etc…-.

La verdad es que los torneos con reentrada cumplieron con creces el objetivo, y sacaron de una barrena realmente preocupante al World Poker Tour. El circuito estaba hundiéndose, perdiendo jugadores por docenas en cada parada, y los pros perdí­an interés en pagarse un viaje para igual quedar eliminados en el primer nivel de unos torneos que cada vez pagaban menos premios.

Este WPT Five Diamond Classic ha igualado la marca histórica de participación en un torneo de 10.000$ de un circuito que tiene quince años de historia a sus espaldas. En esta década, ha pasado de vender poco más de 400 entradas en 2011 a las 791 con las que se cerró el registro en esta ocasión.

Actitudes como las de Negreanu o la desigualdad de oportunidades entre pros y recreacionales no parecen afectar a las ilusiones de estos últimos, y menos cuando la zanahoria que se pone ante sus ojos vale casi 2.000.000$, que es lo que se va a llevar el ganador de este torneazo.

Es muy difí­cil intentar conciliar el problema competitivo y ético que parece que genera este formato con el éxito comercial que supuso su introducción, que es indiscutible.

Además, esta batalla está planteada en planos muy distintos. Muchos jugadores quieren poner freno a cualquier manifestación que acerque el poker a cualquier otro juego de casino. Jugar al poker como a la ruleta, disparando salvas de 10.000$, solo da la razón a los que piensan que el futuro del poker está en ruletizar cada vez más el formato de los torneos – ¡busca el jackpot en torneos hyperturbo!, ¡vamos all-in hasta ITM!, ¡juega cinco minutos y cobra, cobra, cobra!-…

Pero por otra parte, parece justo intercambiar con aquellos jugadores que invierten más dinero en el torneo la posibilidad de enmendar un error o un golpe de mala suerte si el resultado es la revitalización de un circuito y premios millonarios, un triunfo resonante y épico, que es realmente con lo que sueña todo recreacional. Aunque el resultado sea este.

Termino el dí­a 2 del WPT Bellagio con 183.400. Compré un total de 180.000 fichas en este torneo (30.000 por entrada), así­ que es un ligero y bonito beneficio en dos dí­as de juego hasta el momento.

El punto de equilibrio parece estar en el lí­mite a las reentradas. Pero si la cosa sigue funcionando así­, no veo razones para que los proponentes del formato actual del WPT Five Diamonds cambien una sola coma de las normas de su torneo.

Pragmatismo o purismo. La bolsa llena o el imperio de la habilidad. Pan para hoy, quién sabe si hambre para mañana. ¿Como ves túesta polémica?

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