El domingo, día de la final, llego de mi tour nocturno con Mandíbula justo para desayunar fuerte y recargar baterías. Creía que el torneo era a las siete de la tarde y es a las cuatro, con lo cual no dormiré todas las horas que serían aconsejables. Habrá que sufrir. Esperemos. Eso querrá decir que llegamos lejos. Para la concentración pre-torneo me he traído una selección musical especialmente escogida para expandir el espíritu hasta el tamaño de Brasil.
Pero he perdido la libretita. Supongo que tomaría notas en algún garito de la noche anterior y allí se quedó.
El día anterior analizamos en frío la estructura del torneo, pues nos pareció algo turbo. Niveles de 30 minutos y el cuarto es 300-600, con lo que un movimiento puede dejarte commited con el pot, a pesar de las 20.000 iniciales que te dan. Pero es lo que les mola a los jugadores locales, que tienen un juego para ponerse con fichas rápidamente o dedicarse a entretenimientos mas placenteros como beber whisky como cosacos (Venezuela es el 2º país del mundo en litros consumidos por habitante) o entregar su dinero al Casino en las mesas de juego.
La final del torneo no tiene demasiada historia para el que escribe. Venía preparado para tratar de doblarme rápidamente, pero han bajado los blinds a 900/1.800 a. 200, con lo que mis 56.000 tienen algo de juego. Así que tampoco estoy tan apurado, pero apenas juego dos manos.
Para el torneo se han recaudado 243 inscripciones lo que dará un pot, después de comisiones de 156.000 dólares. El 28 % para el primero. Cobrarán 24 jugadores.
En el primer nivel, estando en el botón, limpea el cut-off y veo AA. Subo a 6000. Foldea las ciegas y el cut-off hace call. El flop es JhQh3s. Hace check y arreo 10.000. Me paga. El turn es una Kh que completa un posible color y alguna doble pareja razonable. Hace check y hago check, esperando un corazón en el river que me dé las nuts. Cae un 8 de tréboles. Me pega 24.000 de cara. Con la secuencia de apuestas hay mas jugadas que me pelan que las que gano, con lo que opto por la (¿excesivamente?) prudente decisión de foldear los ases.
En el siguiente nivel, 1.200-2.400, me dan 99 en UTG+2. Subo a 7.000. Me paga sólo la BB. El flop es 5 6 8 rainbow. Me quedan 23.000 detrás. La continue lógica ya me compromete completamente. Tengo overpair y un 7 me vale para una gut, así que poco hay que pensar. All-in. Me paga volteando ases. Me salvan los nueves y los sietes, pero el dealer extrae dos ases consecutivamente, que gracioso… Estoy fuera en el 32. Había premios para 24. Felicito al que me tira y me voy a la sala VIP a maldecir la crueldad de este juego, a veces. Eran muchas ilusiones puestas en el torneo. Pero si lo analizo bien, no cometí (creo) ningún error, así que poca queja puedo tener.
Me ducho, me cambio de ropa y decido intentar que alguien me quite la mala leche que llevo dentro. No hay mucha suerte, así que me siento en una mesa de cash. Decido jugar, como mucho, 3 cajas (3000 crastibolos), unos 360 euros. Empatizamos con los jugadores locales. No es hostilidad lo que tienen para con nosotros. Son así. Es su forma de ser. En la mesa son parlanchines y vacilones. Pero fuera de ella son encantadores. Me encontré en la piscina al que me puso la cara a tres dedos de la mía, el jueves, preguntándome si había venido a Venezuela a robar y estuvimos un buen rato departiendo. Me presentó a su mujer, a los niños y nos invitó a una cerveza. A veces hay que tener más información antes de emitir un juicio. Al menos he ganado bastante en lectura de gente… Aquí se pasan las odds por el forro de los cojones pero son mejores psicólogos y lectores de tells que nosotros. Cambio el chip. Las apuestas de medio bote hasta bote entero, nunca son de derribo, si no por valor, las menores de medio pot, para que se rían de ti…
Aparece Mandíbula con mi libretita. Este tío es el rey, está claro. Menos mal. Sin ella sería incapaz de reproducir la mitad de las anécdotas.
Estoy en la mesa de cash un buen rato con la primera caja, sin poder doblarla, pero cuando me la petan con un full flopeado, decido irme a tocarle los huevos a Santi Torres, que está haciendo de speaker en la mesa final.
La mano no tiene desperdicio. Tengo Th8h. En el flop (con 5 limpers) se cae TtTs8t. Check y espero. Mete el siguiente 200 crastibolos y pagan todos. Pago. Cae At, lo que es una buena carta. Completa color y es un as. Aquí no tiran las overcards ni hartos de vino. Decido hacer check-raise all-in, pues tengo 1000 crastis por detrás. Apuesta uno 500, pagan dos y foldea la ciega grande, foldean dos y voy all-in. Pagan todos. Cae un 9 de diamantes. Se atizan por un bote paralelo para enseñar AtKh (dobles de ases y draw en el turn de color), KtJt, color y Td9h (full mejor que el mío, ligado en el river). Me consuela saber que, aunque hubiese ido all-in en el flop, tampoco lo hubiese tirado…
El pot principal eran casi 5000 crastis, 600 euros largos. Se lo queda uno de los que más nos enseñó sobre argot local. Lambuso es un matao o muerto de hambre. Gí¼ebón o mamahuevo, por ejemplo sería el equivalente de gilipollas. Cuando nos preguntó como se llamaba el flaco del micro, le quisimos gastar una jugarreta y le dijimos que «gilipollas». Acto seguido se levanta y le espeta a Santi: «Eh! Tu, a ver si hablas mas claro, gilipollas». Descojone de Jorge Plá y menda y le explicamos que esa palabra era un medio insulto. Suficiente motivo para que le llamara gilipollas toda la noche a Santi. Menos mal que el Catalán tiene sentido del humor…
Acompaño a Santi, a Carol y a Javi, el cámara, en el seguimiento de la mesa final.
La hinchada local arma un jaleo de tres pares de cojones, cada vez que uno de los suyos se hace con un buen montón de fichas.
A las 8 de la mañana quedan 3 jugadores. Aquí el torneo se termina cuando uno tenga todas las fichas, independientemente de la hora que sea. Yo estoy bastante aburrido y decido ver si en el hotel hemos recuperado la conexión de Internet. Negativo. Pero hay una buena fiesta en una habitación y decido pasarme a tomar la última. Otro día a dormir con el sol ya levantado…