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El Big One for One Drop tiene 30 clientes a un mes de abrir puertas

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Estamos a menos de 30 dí­a de la disputa del Big One for One Drop durante las WSOP, la cuarta ocasión en que se pone en juego el torneo de un millón de dólares de entrda, el más caro de todo el circuito.

Esta será la ocasión en que nos toque más de cerca, gracias a la participación ya confirmada de Adrián Mateos, el primer español en el field del evento que ha generado las tres mayores cajas de la historia del poker, lass de los ganadores de sus tres ediciones anteriores.

Al igual que Adrián, otros jugadores ya han confirmado su registro en el torneo. Según Pokernews, el número de sí­es es, a estas alturas, de 30.

No hay una lista oficial, pero dan por hecho de que habrá un buen número de aspirantes que, como Adrián, debuten en el torneo. Dan estos nombres:

  • Jason Koon
  • Rainer Kempe
  • Bryn Kenney
  • Dominik Nitsche
  • Nick Petrangelo
  • Steffen Sontheimer
  • Leon Tsoukernik

También tienen preparado el dinero veteranos de anteriores entregas.

  • Antonio Esfandiari
  • Daniel Negreanu
  • Christoph Vogelsang
  • Rick Solomon
  • Phil Hellmuth
  • Phil Ivey
  • Talal Shakerchi

Es complicadí­simo analizar si el torneo avanza en dirección a un éxito rotundo o si debemos ir asimilando una pequeña decepción.

La aritmética básica nos ofrece algunos parámetros preocupantes. Hay 48 plazas totales, por lo que queda un 37’5% del field por llenar aún. En la edición de 2012 se completó el aforo ; en 2014 fueron 42 los participantes. No son buenos números, en perspectiva.

Al menos no se sostiene ya la comparación con el One Drop Extravaganza, el intento del creador del formato, Guy Lalibertí¨, de exportar los eventos especiales ideados para una colaboración estrecha con las WSOP a su propio festival. El Big One de Montecarlo, único experimento de la Liberté fuera del casino Rio, solo dispuso de 26 jugadores.

La razón para el aparente declive del interés por el torneo es la desaparición de muchos de los jugadores recreacionales del panorama de los high rollers.Laliberté consiguió convencer a varios millonarios para que apoyasen la primera edición de su torneo benéfico, lo que elevó mucho el valor del Big One para los profesionales.

Brian Rast, uno de los fijos en los anteriores torneo del millón, explicó a Pokernews por qué se está planteando no jugar esta vez.

Es estupendo que el torneo se montase para para recaudar dinero para la caridad, puedo respetar y apreciar ese gesto. La primera vez fue un gran éxito porque habí­a un montón de jugadores que no eran profesionales. Todo el mundo estaba muy contento por ello.

La segunda vez ya hubo menos jugadores amateurs y no se llegó a llenar. El de Europa fue solo por invitación. Ahora lo están montando de nuevo y parece que no va a tener una participación tan numerosa. Francamente, desde la perspectiva de lpoker es algo por lo que la gente no está demasiado interesada. Parece mucho pedir. Ojalá les vaya bien, pero no sé si me conviene jugarlo o no desde el punto de vista del negocio del poker.

La organización intentó anticiparse a este tipo de razonamiento y redujo tanto el precio como el porcentaje de la entrada destinado a la caridad. En los primeros torneos, los jugadores tení­an que abonar 1.111.111$, de los que un millón iba para el prizepool. Por tanto, One Drop, la ONG de Laliberté, recibí­a el 11% de la recaudación. Este año, la entrada es de 1.000.000$, redondo y pelado, y One Drop se lleva el 8%, 80.000$ de cada entrada. Pero la rebaja no parece ablandar algunos corazones.

Los encargados de animar el cotarro y captar jugadores apelan a los mejores sentimientos de la comunidad de las high stakes. Jack Effel, director de las WSOP, elogia lo que se ha conseguido hasta ahora, los resultados tangibles de una iniciativa que lleva en funcionamiento siete temporadas.

Que un torneo benéfico puede tener semejante impacto es simplemente alucinante. Desde 2012, a lo largo de 15 torneos y de diversas recogidas de donaciones de juegadores, más de 12.000 personas han contribuido a recaudar más de 20.000.000$ para la causa del acceso al agua potable. Esto ha provocado un impacto increí­ble en la vida de 170.000 personas necesitadas. Tanto en el aspecto hnanitario como en el del poker, la comunidad y las WSOP somos muy afortunados de poder ser parte de algo así­.

Esperemos que cale el mensaje, y que jugadores que están en duda como Erik Seidel o Dan Cates acaban dando el paso y el registro se acerque cada vez más a las cifras de otras ediciones. El reclutamiento de Phil Ivey, que ha reaparecido en las WSOP para la ocasión, tiene que ser un buen gancho, un reto para el ego de muchos de los que están en duda.

El Big One ofrece un premio de ocho cifras y un sitio en la historia del poker ¿No es suficiente valor para el negocio de los high stakes?

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