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Byron Kaverman se apuesta con Bill Perkins que es capaz de acabar un Ironman

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Bill Perkins continúa con su cruzada para poner en forma a todos los jugadores de poker con los que se cruza a golpe de chequera.

Primero convenció a Dan Bilzerian y a Brian Rast para coger una bicicleta y viajar de Los Angeles a Las Vegas a fuerza de pierna. En la primera apuesta, Bilzerian ejerció de hustler y Perkins de primo. El playboy se fabricó una bici especial, se puso una furgoneta delante para coger rebufo y acabó dentro del plazo sin problemas. Rast tuvo que hacerlo en bici de montaña, con más kilómetros de trayecto fuera de la autopista y en menos tiempo, pero ganó igual -con más esfuerzo y estirando el lí­mite de tiempo todo lo humanamente posible, pero ganó-.

Ahora, Perkins ha convencido a Byron Kaverman para algo mucho más complicado, exigente y meritorio, en nuestra opinión. El que fue durante meses número uno del mundo para el GPI tiene que completar un Ironman, una combinación de casi cuatro kilómetros a nado, 180 kilómetros en bicicleta y, para redondear, una marathon a pie. Un triatlón, pero a lo bestia.

Rast tendrá seis meses para entrenar, los mismos que se dieron J.C. Alvarado y Olivier Busquet para su prop bet consistente en un combate de artes marciales mixtas. Busquet demostró que si Kaverman aprovecha el tiempo, puede acabar en un estado fí­sico impresionante.

La mayor dificultad de la apuesta, -si aún no te parece suficientemente bestia- es que Kaverman dispondrá de un tiempo lí­mite de 13 horas. Para ponerlo en perspectiva, en CardsChat han indagado un poco en los datos sobre esta modalidad y resulta que en una prueba oficial el lí­mite para que los participantes alcancen la meta es muy superior, 17 horas, y la media de tiempo que tardan los atletas que dedican su vida a competir en esta variedad atlética ronda las 12 horas.

La cantidad económica que está en juego es de 50.000$, una minucia si tenemos en cuenta que Rast y Bilzerian le «soplaron» 600.000$ por barba a Bill Perkins por sus hazañas al pedal. ¡Demonios, le dio 550.000$ a Jeff Gross por tatuarse un pequeño arcoiris!

Me da la impresión de que Kaverman se ha vendido muy barato, pero casi mejor para él, porque la empresa es brutal y no es probable que tenga buen comienzo con las horas de culo pegado a la silla que le esperan en las próximas semanas por culpa de las WSOP. En todo caso, toda incentivo para obligarse uno mismo a ponerse en forma es bien venido. Aunque sea una prop bet.