Inicio Articulos Che Negra…

Che Negra…

184

«…hoy su cara está en todas las remeras, es un muerto que no para de nacer.»
Murguita de Sur – Bersuit Vergarabat

– Che Leo,…..porqué se siguen viendo tantos pibes con remeras del Che?, me pregunta Adriana (Negrafea) fuera de todo contexto. Dudo unos instantes entre contestar y/o recomendarle algún tratamiento psiquiátrico pero pasados unos segundos de perplejidad intento una respuesta que me saque airoso del tema.
– Perfecto!!!!…..escribilo, me dice al momento. Y aquí­ estoy, escribiendo mientras me maldigo por no recordar a tiempo esa máxima que reza que la presunta inocencia en la pregunta de una mujer es inversamente proporcional al esfuerzo que nos demandará una respuesta.

Volvamos a la inocente pregunta y a algunas aclaraciones que creo convenientes dado que, como sospecho, esto puede terminar ante los ojos de un público de las más diversas nacionalidades.
«Che» es un vocablo usado en algunos paí­ses del sur de Latinoamérica (Argentina, Uruguay, Paraguay y zonas de Chile y Brasil), anteponiéndolo al nombre de nuestro interlocutor, con el fin de llamar la atención o simplemente reemplazar el uso del nombre propio. Abordar un estudio de la etimologí­a y usos de dicha expresión ameritarí­a otra predisposición por parte mí­a, solo cabe aclarar que en Argentina todos somos «che» pero reconocemos claramente de quien se habla cuando se habla «del Che».
«Pibes» es como denominamos por estas latitudes de manera corriente a niños, jóvenes, muchachos; y «remeras» es el termino con el que usualmente llamamos a las camisetas.

Despejadas las posibles dudas idiomáticas intento hallar una respuesta digna de esta comunidad que al mismo tiempo sacie la voraz curiosidad de esta mujer…(ruego al altí­simo!!!!).

Ernesto Guevara Lynch de la Serna nace en la ciudad de Rosario, Argentina un otoño de 1928 y muere en una pobre escuelita de La Higuera, Bolivia un 9 de octubre de 1967 despojado totalmente de sus aristocráticos apellidos para quedar en la historia como simplemente «El Che». Su infancia y adolescencia transcurren en el seno de una familia medianamente acomodada lidiando con el asma crónica que lo acompañará hasta sus últimos dí­as. Logra graduarse en medicina en medio de una serie de peculiares viajes por Latinoamérica que lo llevarán de los llanos al altiplano, de los Andes a la espesura amazónica compartiendo las desdichas de los mineros bolivianos, mitigando el dolor de los leprosos de Perúo siendo testigo de los abusos contra los obreros agricultores de la United Fruit en Centroamérica.

Luego vendrá su encuentro con los hermanos Castro, el abrazo de la causa revolucionaria cubana, los combates de Sierra Maestra y el triunfal ingreso a la Habana. Aquí­ nace el Guevara funcionario público al frente del ministerio de Industria, posición que no lo exime del deber del trabajo voluntario en la zafra azucarera, aún cuando el clima de la isla fuera el más nocivo para alguien con su dolencia, o como cuando al concurrir sus familiares mas cercanos a visitarlo pone a su disposición un auto con la condición de que ellos mismos abonen los gastos de combustible.

En coherencia con sus principios e ideologí­a internacionalista encara la apertura de frentes guerrilleros en diversas partes del mundo. Esto lo lleva a renunciar a todos sus cargos y status en Cuba para adentrarse en el corazón de Africa uniéndose a la lucha insurgente allí­ instaurada. La experiencia es un desastre militar a todas luces lo que implica su huida del Congo.

Ernesto, sin abdicar a sus ideales, se apresta a instaurar un foco armado en la Bolivia del dictador Barrientos. El resto ya es historia conocida, los supuestos errores estratégicos, la falta de apoyo local, el cerco del ejército boliviano con el apoyo de la CIA, su herida en combate y la posterior captura. El cautiverio en La Higuera y su fusilamiento allí­, el traslado de sus restos al pueblo de Vallegrande y la ya inmortal exposición de su cuerpo en el lavadero del hospital local.

El fin de su vida,…..el inicio del mito.

Angel y demonio, mártir y asesino, héroe y villano, admirado y aborrecido…quizá un poco de todo, quizá de ninguna. Se lo ha comparado con Gandhi y Luther King, con Hitler y Osama Bin Laden y tal vez sea todos y ninguno…..pero aún así­ no veo jóvenes con camisetas con sus rostros.

No creo haber podido, con este breve ejercicio de memoria, hallar una respuesta acertada a la pregunta de la Negra mas aún cuando la cuestión es misterio para estudiosos de todo el mundo. El mismo misterio que me significa el motivo de tal pregunta…..será que el aniversario de su muerte ha despertado la curiosidad de Adriana???….será que el hecho de vivir en la misma ciudad que lo vio nacer la hace sentirlo más próximo???….o será tal vez el hecho de compartir la misma profesión, que le permite a la Dra. Quiroga tener otra visión del Dr. Guevara???. No lo sé.

Solo les advierto, que no los sorprenda encontrar a Negrafea en medio de una mano de poker desafiando a sus contrincantes al grito de…..»Hasta la victoria siempre!!!» .

Artículo anteriorPrimer satélite en vivo para la CEEP
Artículo siguienteGanador de la Liga de Octubre: «adrimellipoker»