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COVID-19: El Commerce y el Bycicle de Los Ángeles y el Aria de Las Vegas se cruzan en el camino

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La paradoja es meridiana. El 1 de julio, en el mismo dí­a, el Aria de Las Vegas ha reabierto al público, mientras el Commerce, el Bycicle y el resto de las poker rooms de California se veí­an obligadas a seguir las instrucciones del gobernador del estado y cerrar de nuevo.

El Aria era la última de las grandes poker rooms de Las Vegas que permanecí­a clausurada. Era consecuencia de una decisión estratégica de su dirección, una opción particular que no obedecí­a a ningún tipo de polí­tica de obligado cumplimiento.

Ya desde la desescalada en el Strip, el casino de MGM Resorts anunció que sus planes de adaptación a la situación actual no les iban a permitir operar antes del 1 de julio. Han cumplido su propio calendario a rajatabla, aunque les haya llevado a ser los prersonajes principales de esta charada. En el tiempo que se han dado para asegurar el bienestar y la salud de su personal y sus clientes, la crisis sanitaria estadounidense se ha desbocado.

Se puede dar la triste circunstancia de que el retorno del Aria se cuente en horas, en dí­as a lo sumo. La profecí­a emitida hace 48 horas, que auguraba un posible recrudecimiento de las medidas contra el coronavirus que afectara directamente a la industria de los casinos de Nevada y California se ha convertido en realidad para los establecimientos de California, que solo han podido subir la reja durante un lapso de dos semanas.

Las autoridades sanitarias californianas tení­an a varios condados vigilados muy estrechamente, principalmente los del sur del estado, que coinciden en concentrar a un importante porcentaje de la población. La pandemia se agrava a «un ritmo alarmante», y han procedido a reforzar las medidas de distanciamiento social con el cierre de numerosas actividades bajo techo entre las que se mencionan especí­ficamente las «cardrooms«

No hay otra opción para las salas californianas que acatar el mandato y lidiar con los problemas asociados, como el cambio de fichas y las retiradas de fondos en cajero.

La orden de cierre tení­a efecto inmediato, pero no contemplaba una posible reapertura. Por declaraciones del propio gobernador, no se producirá un nuevo análisis de la situación hasta pasadas al menos tres semanas, plazo tras el que se decidirá si se mantiene o no el cierre de todos estos negocios.