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Emigrar o no emigrar, esa es la cuestión

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No ha pasado mucho tiempo desde que se produjeran en nuestro paí­s migraciones masivas en busca de un mercado laboral mejor al autóctono. Durante buena parte del siglo XX, los paí­ses de Sudamérica fueron el lugar escogido por nuestros antecesores para encontrar una oportunidad.

Con el tiempo, este destino fue dejando paso a los paí­ses de la Unión Europea. En la mayor parte de los casos se produjeron migraciones hacia los paí­ses más afectados por la Segunda Guerra Mundial, donde la mano de obra no abundaba. En muchos otros, destinos como Francia o Alemania eran más apetecibles para los españoles con unas miras mucho más pretenciosas.

Esto sucedió antes de la llegada de la Constitución, con la que España vivió un aperturismo, que lo llevó a convertirse en un paí­s referente. Fue entonces cuando los jóvenes dejaron de emigrar, pues encontraron en sus ciudades todo lo que anhelaban

La entrada en vigor de la ley del juego online el próximo 1 de enero mantiene con el corazón en un puño a los jugadores que, precisamente, anhelan algo que no creen que van a encontrar en España.

Algunos han decidido hacer las maletas y asentarse en un nuevo paí­s, donde podrán seguir ganándose la vida. Ese es el caso de Pedro Pellicer, «PedroKL«. Este aragonés se dio a conocer entre el público generalista gracias a su participación en la Gran Final del European Poker Tour de Madrid, en donde cayó en la undécima posición.

«Especialmente por mis caracterí­sticas de jugador profesional es imposible que el mercado español me ofrezca lo que me ofrece el mercado mundial», comenta Pellicer, quien hace tiempo que vive en Bournemouth (a 200 kilómetros de Londres), donde, asegura, dispone «de facilidades en el tema de impuestos hacia las apuestas. Para declarar –como único pero– aquí­ hay que pasar 184 dí­as al año», me informa.

Otros como Julio Doce, «Tule«, no las tienen todas consigo. «No está muy claro en qué medida va a afectar –la ley del juego online– a los jugadores de poker», afirma el jugador gallego. «El panorama no es muy alentador».

«Estoy estudiando varias opciones y algunas pasan por mudarme. Mi deseo es quedarme en España. Si hay que emigrar, emigraré», afirma. «Lo único que tengo claro es que no voy a aceptar unas reglas absurdas, que parecen diseñadas para tomarnos el pelo», sentencia.

No cabe duda de que la decisión de mudarse requiere un ejercicio de reflexión. Alberto San Juan -en el film Dí­as de Fútbol– afrontaba su toma de decisiones a través del consejo de su padre, que le decí­a que lo mejor era hacer una lista con las ventajas e inconvenientes y madurar la idea.

Quien parece tener esa lista más que hecha es otro de los referentes del poker de nuestro paí­s: Tomeu Gomila. «Amatos» no tiene intención de mudarse. «No me irí­a de Mallorca por nada del mundo. Ni te cuento irme de España. Mi vida esta aquí­».

Igual que «Tule», Tomeu, miembro del equipo bwin, está de acuerdo en que es «demasiado pronto para opinar sobre la ley del juego online. Hay muchos errores de redacción de la misma. Lo que es ridí­culo es intentar eliminar todas las fronteras fí­sicas de comercio de capital y personas en el mundo, y cerrarlas en internet», dice el mallorquí­n.

Esa afirmación la comparte Pellicer, que cree que «la ley beneficiarí­a a todos si se hiciese de acuerdo con los demás paí­ses. Tal y como existe en Francia, Italia o España reduce mucho los mercados y amenaza seriamente la sostenibilidad».

El aragonés solo se ha encontrado un pequeño problema en su lista de quehaceres diarios, «el único pero es el clima, que es horrible». Por lo demás se encuentra muy a gusto, «me gusta mucho; es un paí­s rico y conozco el idioma. Además tengo vuelos directos a mi casa y a cualquier parte del mundo», reconoce este Supernova í‰lite.

La opción del Reino Unido es una de las más sopesadas entre los jugadores profesionales. «Tule» no tiene claro a que paí­s emigrarí­a, pero en el caso de hacerlo, el Reino Unido serí­a una opción interesante, aunque «hay paraí­sos fiscales con una calidad de vida extraordinaria», sobre los que también sopesará el coruñés.

Lo que es seguro es que ninguno dejará el poker online. «Me quedo por mi negocio, por mi familia y por mis amigos, pero está claro que seguiré jugando», dice Gomila, que tiene el poker como un hobby.

Doce también tiene claro que el poker en la red, «es el campo de entrenamiento más fructí­fero e inmediato del que dispone un jugador. Poder usar herramientas de análisis en todas las manos que juegas es la clave para progresar. No estoy dispuesto a renunciar a ello».

Las alternativas, como los torneos presenciales o el cash en vivo, no son santo de la devoción del campeón del SPT 2010. «Los torneos tienen una varianza enorme y el cash es menos rentable al poder jugar solo en una mesa. Además, el margen de mejora de tu juego es muy inferior».

Con Julio quisimos profundizar más sobre la ley. «Parece que lo que se conoce por ahora está más orientado a empresas del sector, que, quizás, era lo que se precisaba legislar con más urgencia. Desde luego, las cuestiones que se han oí­do de que podrí­an limitar el número de ciegas o el dinero disponible para las mesas son totalmente absurdas –como finalmente se ha deshecho con la última revisión– «.

Para él, un tema clave en el poker online será el descenso del tráfico de las salas cuando entren en vigor las .es. En este punto, piensa que la estrategia que desarrolle cada empresa –teniendo en cuenta que las ofertas de rakeback darán paso a otras alternativas de fidelización– podrí­a provocar un descenso del nivel medio, lo que otorgarí­a ventaja a los profesionales y dejarí­a en desventaja al jugador de nivel medio-bajo, que, o bien tendrí­a que profesionalizarse o renunciar al rake.

Teniendo en cuenta las opiniones de estos tres profesionales, queda claro que tanto «Amatos» como «PedroKL» tienen una postura bien definida. «Tule», por su parte, esperará para ver cómo se suceden los acontecimientos.

Y tú. ¿Qué harás cuando entre la ley en vigor?