El inmenso mercado asiático, un mercado casi impermeable, al que los operadores occidentales no son capaces de hincarle el diente, y al que empresas como PokerStars apenas pueden asomarse abriendo pokerrooms en Macao o Filipinas o buscando socios desconocidos para presentarse en sociedad en países como India, ofrece claros signos de que está desarrollándose de forma autónoma.
Hace unas horas publicamos que la que es actualmente la segunda red del mundo en el poker online tiene su sede en Filipinas, y nos encontramos hoy con que en la India, el poker ocupa puestos de honor entre las aplicaciones para móviles más descargadas. La Global Poker League ha abierto ligas locales en China e India -Poker Sports League-, y las mayores multinacionales de aquellos lares, como Alibaba, pretenden sumarse al mercado.
En el caso de los indios, el surgimiento del poker es un fenómeno asociado al crecimiento exponencial del uso de smartphones. El poker se ha subido al tren de este tardío avance tecnológico en forma de aplicaciones para móviles. Un formato local que usa tres cartas de inicio, llamado Teen Patti, tiene hasta tres aplicaciones diferentes entre las diez que más ingresos generan en el país -incluida la segunda posición global, por delante de hits universales como el Candy Crush o Clash Royale-, y Zynga Poker aparece en la misma lista en octava posición.
Empresarios del país, consultados por la publicación The Economic Times, dan las claves del éxito de estos juegos de cartas y otros que se quedan fuera de la lista por muy poco y que se basan en otros formatos como el gin rummy. «En India gustan los juegos hechos en India para los indios. India es muy rica en historia, cultura, gustos y estilo. Los juegos de cartas conectan con la gente».
Diferentes sentencias legales, que diferencian el poker del resto de juegos por el componente de habilidad que conlleva su mecánica de juego, están ayudando a normalizar la situación allí, en la India, donde jugar con dinero está mal visto socialmente. Por tanto, los desarrolladores de software quieren apuntalar el enorme crecimiento de las aplicaciones basadas en juegos de cartas reforzando la noción de que destacar en el poker o el gin rummy requiere práctica y dedicación y depende exclusivamente de la habilidad de los jugadores.
Es justo la tendencia contraria a la que han escogido los operadores occidentales para intentar detener la pérdida de tráfico en su redes. Mientras las empresas más potentes de nuestro continente pretenden despojar al poker de su aura de actividad que requiere estudio y esfuerzo, para intentar convertirlo en un pasatiempo equiparable a otros juegos de casino, en Asia se repite exactamente el proceso que provocó el primer boom del poker online a principios de siglo.
El banderín de enganche del poker siempre ha sido el hecho de que cualquiera puede llegar a enfrentarse a los mejores, e incluso ganarles en buena lid si la ocasión se presenta de cara, pero que además premia la preparación concienzuda a largo plazo. La mezcla perfecta de azar y habilidad que genera oportunidades únicas para todo tipo de jugadores. El slogan de Full Tilt era «juega con los pros», y PokerStars creció como lo hizo gracias a un sistema VIP centrado en premiar el volumen de juego y un software que facilitaba sobremanera el juego multimesa. Sin embago, ahora se buscan nuevos productos que alejen las estrategias ideales de las puramente matemáticas, como el polémico Power Up.
El contraste es llamativo. Es difícil sacar conclusiones, por claras que parezcan, porque es cierto que el mercado europeo lleva expuesto al poker casi dos décadas y en Asia la mayor parte de la audiencia es nueva para el poker. Además, las diferencias culturales son notorias. Pero es cuando menos curioso que pese a esos factores diferenciadores, el mayor atractivo del poker parezca ser siempre el mismo, aunque los operadores tradicionales parezcan renegar de ello.
