En todos los órdenes de la vida y, por ende en el Poker, si utilizamos términos erróneos o ambiguos, obtenemos conclusiones inadecuadas.
Jorge García Venturini, un notable filósofo argentino contemporáneo, sostenía que «no hablamos mal porque pensamos mal, sino que pensamos mal porque hablamos mal». De eso se trata este artículo.
Contrariamente a lo que muchos imaginarán en una primera lectura, la ortología (u ortoepía) es el «arte de hablar con propiedad», de utilizar las palabras adecuadas y de dar a entender, con ellas, el verdadero significado de lo que se pretende describir.
Siempre fui un fervoroso cultor de la ortología y les aseguro que, cuando se la practica asiduamente, es muy beneficiosa y proporciona una satisfacción peculiar.
Como ya lo anticipé, esto no es ajeno al ámbito del Poker.
Un ejemplo emblemático se vincula con la noción de «agresividad», tan de moda y tan aconsejada.
Es comúnmente aceptado que, si se quiere tener éxito en el Texas Holdâ€em, hay que ser agresivo. Pero no se trata de «andar a la piñas» ni de ser rudos, sino de comprender su sentido auténtico.
Pese a tratarse de un concepto sobre el que abundan las referencias, se advierte, sin embargo, un alto grado de confusión, y ello puede acarrearle a cualquier jugador consecuencias indeseadas.
Muchos relacionan agresividad con salvajismo o violencia, lo que, en la práctica, se traduce en apuestas excesivas o en acciones desmesuradas.
Pero cuidado, el significado es otro.
Ser agresivo implica ser activo. Convertirse en quien «maneja la mesa», concebir y ejecutar jugadas que condicionen al resto. No entraña tener un arrojo desmedido o proponer apuestas exorbitantes.
Muy por el contrario, el overbet es siempre nocivo.
Ocurre que la expresión utilizada en la literatura española, y en la jerga del Poker, es una traducción literal de aggressiveness, cuya acepción en inglés es más amplia. Alude a una tendencia a actuar de manera decidida y resuelta, lo contrario de pasividad, y en los ámbitos anglosajones tiene una connotación positiva, sobre todo en los negocios y en las profesiones.
En el Poker actual, la agresividad es un estilo deliberado, enérgico y medidamente arriesgado y es un atributo necesario y valioso de todo gran jugador.
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