Compatibilizar los estudios o el trabajo, con el poker y con la pareja o la familia es, en ocasiones, tan complicado como tener disciplina en la gestión de banca o pegar un pelotazo gordo en un MTT.
Ayer apareció en el blog de PokerStars un artículo muy interesante en el que Vanessa Selbst cuenta cómo consiguió sacarse la carrera de Derecho en la exigente Universidad de Yale, convertirse en una estrella del poker y mantener una relación con la que hoy es su mujer.
La mejor jugadora del mundo comenta que al principio fue relativamente fácil alternar poker y estudios. Aunque ya tenía una gran reputación en la comunidad del naipe, dejó de jugar a tiempo completo para ir a la facultad.
Durante los dos primeros cursos del grado solo jugó online de forma ocasional. Tampoco disputó torneos en vivo, salvo los organizados en época de vacaciones y cerca de Yale. «Poner el poker en un segundo plano fue una decisión acertada. Así pude concentrarme en los estudios y canalizar mi energía en la vida académica».
No obstante, todo cambió en abril de 2010, cuando el PokerStars North American Poker Tour viajó al Mohegan Sun Casino de Connecticut. Vanessa jugó el torneo y lo ganó, llevándose 750.000$ de premio, su mayor resultado hasta la fecha. Poco tiempo después, se convirtió en una Team PokerStars Pro. Y entonces decidió concentrarse temporalmente en el poker: «Dado que le había prestado toda mi atención a los estudios, sentí la necesidad de hacer lo mismo con el poker».
Así, Vanessa se tomó un «break» en la carrera (un semestre «sabático») y se centró en el poker.
Selbst siguió cosechando éxitos, pero en su mente no estaba abandonar la carrera para dedicarse a tiempo completo al poker. Quería terminarla a toda costa.
Por ello, la norteamericana decidió planificar su tiempo de la siguiente manera:
Su distribución de tiempos y tareas es muy interesante. Vanessa supo valorar la importancia y la urgencia de las tareas y dedicar el tiempo adecuado a cada una de ellas.
Junto a las relacionadas con los estudios y el poker, incluyó algunas relacionadas con la salud, para estar mental y físicamente bien.
Para ella fue importante dormir 8 horas todos los días, ir caminando al campus, entrenar en el gimnasio de la Universidad y hacer algo de vida social con sus amigos.
Llegó a estudiar en los viajes en avión e, incluso, en las mesas de poker. Y en cuanto al poker, trató de mantenerse al día leyendo foros y utilizando Skype para conocer las últimas novedades de estrategia.
Su gestión del tiempo llegó a tal extremo de eficacia que llegó a conceder entrevistas de camino a la facultad.
Finalmente, su plan funcionó.
Selbst logró graduarse en Derecho por Yale. Se dedicó a jugar torneos en vivo, en los que lleva ganados premios por valor de unos 10 millones de dólares. Y, además, se casó con el amor de su vida, Miranda Foster, pasando la luna de miel en el EPT de Barcelona.
Y como todo esto parece un cuento de hadas, termino el artículo con el típico «y vivieron felices y comieron perdices«.