Encerrados en su caverna durante el último lustro, los jugadores españoles intentaban interpretar el mundo mediante las sombras que veían reflejadas en la pared.
La crisis del poker, un término inventado en respuesta a unas cifras engañosas que ofrecía el poker online, se convirtió en un recurso a la hora de exculpar a las regulaciones, al afinamiento de las discutibles tácticas extractivas de los pros y a las políticas de las salas de la pérdida de jugadores a nivel global y, especialmente, a nivel local.
Sin embargo, cada vez que llegaba finales de agosto, en Barcelona se llenaban los salones del Casino y los locales del Puerto Olímpico con gente ávida de tocar naipe y las sombras bailaban a un ritmo que se contraponía con nuestra depresión.
Durante la época más oscura de nuestro poker, el EPT de la Ciudad Condal se convirtió en el festival con mayor afluencia del continente europeo. En 2014, Matias Ruzzi sobrevoló una muchedumbre de 2.560 jugadores para salir triunfante en el mayor torneo de Pokerstars nunca organizado en Europa. ¿Pero a qué venía la distinción «organizado por Pokerstars»?
Aquel año, el Grosvenor UK Poker Tour organizó la tercera edición del Goliath, un torneo de 120-£ de entrada. El torneo había sido un éxito instantáneo en su primera edición, con una respuesta masiva a un enorme garantizado a precios de mensual. El Goliath consiguió hacerse un nombre entre los jugadores británicos en cuanto se empezó hablar de su planteamineto inicial, pero en 2014 su audiencia estaba extendida ya al resto del continente,
Entre los días 10 y 17 de agosto de 2014, el Casino Grosvenor de Coventry ofreció servicio a 2.374 jugadores, que añadieron 1.020 recompras al prizepool para batir no solo los númros de los torneos del EPT, sino también los del Bejing Poker Millions, el mayor torneo organizado fuera de las WSOP.
El crecimiento del Goliath, sorprendentemente no se ha quedado ahí, ha seguido siendo progresivo. Año a año, los nuevos visitantes han superado a los novatos de la anterior edición. La condición de mayor torneo de un mundo en el que no existiera las Vegas se ha ido haciendo más inalcanzable para el resto de los organizadores, y sin asomo siquierade frenar su crecimiento exponencial.
- 2011 – 1.765 entradas vendidas
- 2012 – 1.954
- 2013 – 2.570
- 2014 – 3.394
- 2015 – 4.210
- 2016 – 5.232
- 2017 – 6.385 (4.022 jugadores únicos)
En 2018, lo han vuelto a conseguir. El número total de registros ha alcanzado los 7.584. El día 1G, séptimo y último de los días previos del torneo, se ha quedado a 102 entradas de rememorar las cifras de 2011, ¡pero en una sola jornada!
El Goliath es una oda al poker en su esencia más pura, en el país con mayor tradición fuera de Estados Unidos y en el marco de la regulación más amable con el jugador. Es una fiesta en la que los jugadores aprovechan para socializar, para disfrutar del verano y pegarle un tiento a un premio gordo que por primera vez en su historia ha superado las 100.000 libras.
Por ejemplo, como anécdota, William Kassouf ha utilizado el Goliath para limar asperezas con el «gentleman» por excelencia, el November Nine John Hesp. Le ha pagado la entrada, un gesto de paz que sive de imagen perfecta para el torneo.
GOLIATH 2018: BREAKING NEWS!
Having discussed & just bought him into Goliath (for ROFLs & bants obv), the legendary English gentleman @Hespjohn will be gracing us with his presence on Fri Day 1G! Weee! @GrosvenorPoker #Goliath2018#ROFLs#Bants#Makingpokerfunagain pic.twitter.com/yxQtZrE8tQ— William Kassouf (@WilliamKassouf) 28 de julio de 2018
En el apartado puramente competitivo, que también tiene cabida, el cheque fue a parar a manos del rumano Florian Duta.
- Florian Duta 101.450-£
- Warwick Brindley 73.100-£
- Mariusz Czech 52.500-£
- Bogdan Bolboceanu 37.150-£
- Ricky Read 25.560-£
- Craig Mariner 17.950-£
- Ioana Belet 14.050-£
- Gordon George Paterson 11.600-£
- Joseph Stoyles 10.000-£
Acabamos de pasar el mayor Main Event desde 2006, tenemos al Goliath reuniendo a un país para jugar al poker y, en unas semanas, el EPT de Barcelona tiene pinta de ir a volver a sacar músculo. ¿Crisis? Queremos un par de crisis más de estas en la próxima década, si puede ser.