Anda el ambiente caldeadillo de más por la Bobby’s Room, ¿o es impresión mía?
Siempre se ha dicho que los jugadores de high stakes son gente que se toman con bastante filosofía los vaivenes emocionales a los que nos expone el poker. Hay tanta diferencia entre la fortaleza mental de un jugador de high stakes y la de un aficionado como en la capacidad técnica, si no más.
Pero últimamente parece que se están disparando los confrontamientos, y, excepcionalmente, los jugadores de los niveles más altos del planeta parecen dispuestos incluso a llegar a las manos. Y esta vez hay prueba gráfica, no solo rumores, como en aquel manoteo que lanzó 150.000$ en fichas por los aires a raíz de la mala leche de Gus Hansen y David Oppenheim. Hay un vídeo que Pokertube da por bueno, pues dicen reconocer la Bobby’s Room.
Este es el momento en que el guardaespaldas de Phil Ivey le pega un meneo a un jugador que no logramos reconocer.
La descripción del vídeo sitúa la acción en una partida de 2.000$/4.000$ disputada el 25 de junio. No se ve a ninguno de los habituales en estas partidas, como Brian Rast o Scott Seiver, que a tenor de sus comentarios en redes sociales está prácticamente acampado en el Bellagio. «Me he pasado jugando 44 de las últimas 48 horas», escribió esta misma semana.
Otra prueba a favor del vídeo es que el guardaespaldas de Ivey es bastante conocido, pues lleva con Phil al menos los dos últimos años, y es el que en el vídeo empuja al otro hombre de color al suelo. Un usuario de 2+2 ha reconocido también en el vídeo a un jugador de high stakes PLO de origen hispano que se hace llamar André, sentado a la mesa.
También concuerda con la descripción que dio del altercado el pro escocés GazzyB123, después de que Jimmy Fricke levantará la liebre en Twitter cuando vio la escena desde el otro lado del salón.
Full on fist fight in Bobby’s room just broke out. Was over pretty quick but wow.
— Jimmy Fricke (@jvfricke) 25 de junio de 2017
Hay una probabilidad casi total de que el vídeo sea genuino.
Dentro de lo penoso del incidente, al menos las consecuencias fueron mínimas. El juego se interrumpió tan solo un par de minutos y el único que salió herido el orgullo de uno de los contendientes. Mejor que no se repita, y menos en el templo de las high stakes.