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Gus Hansen se olvida del poker

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Uno de los primeros í­dolos del poker para los jugadores europeos fue el danés Gus Hansen. En la época en que las televisiones del Viejo Continente empezaban a descubrir el poker, el danés estaba en el apogeo de su carrera.

Eran los primeros años del nuevo siglo, justo en pleno boom, y Gus no pdí­a faltar en ningún torneo invitacional ni en las partidas de high stakes organizadas por Full Tilt Poker para la audiencia de Estados Unidos. Y Gus ganaba, ganaba mucho. Es uno de los contados tricampeones del WPT y consiguió un brazalete de las WSOP. Ganó el Main Event de los Aussie Millions, y sacó un libro en el que explicaba, mano a mano, como lo consiguió.

Su secreto era su estilo, ultraagresivo, ejemplo perfecto del estilo nórdico que explotaba inmisericorde el nitismo imperante en la época. Era efectivo y especialmente resultón en cámara, y Gus lo dominaba a la perfección.

En el poker online, la historia era bien distinta. Los jugadores que prefieren el monitor del PC al Casino siempre han ido un paso por delante, y Gus no podí­a obtener en la Red los mismos resultados que en vivo. Su cuenta en Full Tilt es la que más pérdidas acumula en la historia de Internet, si excluimos una posible suma de las multicuentas de Guy Lalibertí¨. Después del Black Friday, la suerte le fue aún a peor. Como «broksi», su nick en PokerStars, perdió más de 7 millones de dólares, y su agujero en Full Tilt superó los 20 millones de dólares en el histórico.

Llegó un punto en que Gus se cansó de perder. Hace un par de años, Gus empezó a espaciar sus apariciones online, cada vez más. No juega en Full tilt desde diciembre de 2014, y su última sesión registrada en PokerStars data de mayo del año pasado. Nadie podí­a creer en la retirada de uno de los primeros mitos del poker en este lado del charco, pero es probable que estemos ante un adiós definitivo.

Lo dejó caer en una aparición por sorpresa en un programa de la televisión danesa, en el que se colaboraba con una campaña de la Cruz Roja. Gus intervino para donar una camiseta de Full Tilt Poker y confirmar que va a cambiar de residencia. Vuelve a casa, a Dinamarca, y deja la glamourosa Mónaco. Su idea es establecerse definitivamente en casa, dejar de viajar por el mundo y formar una familia.

Otro dato revelador es que lo poco que sabemos de él últimamente tiene nula relación con el poker: una inversión en un barajador para bridge por aquí­, la preparación par jugar a deportes de raqueta por allá… PokerListings señala que, a corto plazo, Gus está envuelto en la organización de un festival de música. En fin, cero poker.

Pues si es así­, que sea para bien, don Gus. Todo sea por los grandes momentos que nos ha deparado a lo largo de estos años. Si esos son sus deseos, que le vaya bonito.

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