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Ilusiones mentales y poker

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Nuestro amigo Xavi, uno de los «fishes» 😀 más populares de las mesas cortas de BossMedia, de ahí­ su nick «Ollomol», ha publicado este interesante artí­culo en su blog.
Gracias Xavi, lo has clavado.

¿Son paralelas las lí­neas del dibujo? Aunque parezca increí­ble, sí­ lo son. Se trata de la ilusión óptica de Zollner y demuestra como nuestra vista puede ser engañada, algo que con mi labor de árbitro de fútbol compruebo domingo tras domingo. Lamentablemente, no sólo el sentido de la vista nos distorsiona la realidad. Con la mente pasan cosas peores y el pensamiento intuitivo se opone con frecuencia al racional. Llevado esto al poker, nos conduce inevitablemente a decisiones erróneas y en casos más extremos, al pozo de la ludopatí­a. Resumo a continuación unas cuantas ilusiones mentales…

1. La más popular. Cuando gano, es que soy bueno; cuando pierdo, es mala suerte. Llevada al extremo, conduce al lado oscuro, porque realmente nos creemos mejores de lo que somos. Recordamos con frecuencia los bad beats que nos cuestan un dineral, pero olvidamos las manos que ganamos jugando de forma estúpida. Nos quejamos de las malas rachas, pero difí­cilmente admitimos que la fortuna nos ha sonreí­do.

2. La independencia de los sucesos estadí­sticos, es decir, que la probabilidad de que en un cara o cruz salga cara es independiente de los que haya sucedido en la tirada anterior. ¡Y mira que es fácil de entender!… O no tanto. Alguna vez lo comenté con un profesor de matemáticas del instituto y me decí­a que incluso a alumnos de Bachillerato les costaba interiorizar la Ley de los Grandes Números y la independencia de sucesos. Traducido al poker, entendemos que si somos muy buenos y ganamos en el 60% de las sesiones y llevamos 4 seguidas perdiendo, en la quinta nos toca victoria casi segura. Pues no, el 60% es inamovible… y posiblemente con el tilt caigamos al 50% o menos. Esto es perfectamente racional, pero a la hora de la verdad, suele ser cien veces más fácil levantarse de la mesa en verde que en negativo. Además, ¿quién se va a creer que después de diez negros seguidos en la ruleta, el rojo no tenga ni mitad de posibilidades de salir?

3. La conspiranoia del software. Esto me recuerda a los equipos cuando lloran porque los arbitrajes siempre les perjudican y les deben no sé cuántos puntos que nadie sabe de quién son… porque jamás he llegado a un campo de fútbol y que me dijesen: «Qué suerte estamos teniendo, que los árbitros nos habéis favorecido y tenemos diez puntos más gracias a vosotros». Riverazos salvadores para los malos jugadores, confabulaciones en nuestra contra, cuentas de superusuario… ¿quién no ha pensado alguna vez en su existencia? Recuerdo que cuando descubrí­ una cosa increí­ble que se llamaba rakeback, dejé miapuesta por otra skin. Nada más abrir la nueva cuenta, me empezaron a pegar un montón de palos y tení­a claro que lo que me devolví­an a final de mes me lo quitaban antes a base de riverazos. Otra de las mí­ticas: al retirar dinero, el sistema te castiga a base de bad beats. Es lógico, ¿no?

Tras estas desviaciones mentales generales, vamos a las particulares de nuestro juego.

4. El éxito en el poker se basa en preguntarse qué mano tiene el contrario. Nuestro cerebro desvirtúa esta cuestión a menudo y la sustituye por pensar qué mano nos gustarí­a que tuviese y actuar en consecuencia. Es decir, el tí­o que no se mueve nunca y de repente nos mete cuarta preflop y nosotros tenemos dos jotas… Sabemos que tiene AA o extrañamente KK, pero nosotros preferimos pensar que tiene AK, 1010 o se le ha ido la pinza y pagamos.

5. Enlazado con la anterior, ir cambiando la lectura de nuestra jugada buscando un motivo para llegar hasta el final. Me pasa en limit cuando recibo algo así­ como un A-9, subo y otro paga. Aparecen en el flop J-9-4, las tres del mismo color y distinto de mi As y de mi 9. Apuesto y me hacen raise. Lectura más probable en un 90% de los casos: o tiene proyecto o la J. En el turn, entra la cuarta del mismo color; por ejemplo, un 8. Según nuestra lectura inicial, estamos muertos, pero ya no importa: a lo mejor subió antes sólo con pareja de cuatros… En el river entra otro 4, pero pagamos por si acaso. Cuando se descubren las cartas no suele haber sorpresa…

6. Jugar manos marginales con dos ilusiones: la primera, pensar que el milagro tiene más posibilidades de suceder de las reales y la segunda, creer que cuando éste se produzca, le vamos a sacar hasta los ojos al rival. Esto es más tí­pico del No Limit: abrimos el bote jugando muy loose con un 86s y nos hacen una fuerte resubida. Lo lógico es tirarse, pero empezamos a soñar con un flop 886, o un color servido, algo que sólo sucederá un 1% de las veces. Lo peor es que aunque suceda tampoco significa que le vayamos a sacar la caja entera: foldeará si le salimos respondones en un buen número de ocasiones. Eso, si tenemos suerte y no nos sorprende con un color o un full más alto, lo cual es una paradójica tragedia: buscamos un milagro jugando mal, nos sale y aún por encima nos arruina.

Esta son las que se me ocurren, pero hay más seguro. Cuando la razón queda soterrada por el sentimiento o por la intuición, la derrota es segura.

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