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Jungleman reclama a la justicia parte del premio que le embargaron a Ivey en las WSOP

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En el transcurso de las pasadas WSOP, se hizo público que el Borgata solicitó y obtuvo el embargo del premio que Phil Ivey consiguió al acceder a la mesa final del Poker Players’ Championship, un torneo de 50.000$.

El casino de Nueva Jersey persigue todos los bienes y activos de Ivey desde que la justicia le dio la razón en el famoso caso de las cartas defectuosas. Ivey aprovechó un patrón impreso erróneamente en el dorso de una marca de naipes en particular para ganar más de 17 millones de dólares en un solo verano jugando punto banca en Nueva Jersey y Londres. El casino Rockford’s se olió la tostada por anticipado y retuvo el pago de las ganancias, pero el Borgata hizo entrega de 10 millones al californiano.

Recientemente, el Borgata consiguió el permiso judicial para investigar la situación patrimonial de Ivey en Nevada. Enterados de la presencia de Ivey en las WSOP, prepararon con la organización el embargo de los premios del PPC.

Por su octava plaza en el torneo, a Ivey le correspondí­a un cheque de 124.410$, que nunca llegó a sus manos.

El penúltimo dí­a de agosto, uno de los mayores expertos en las leyes que afectan a la industria del juego, el abogado Richard A. Schonfeld, presentó en el juzgado una objeción al embargo en nombre de los pros Daniel Cates e Illya Trincher, en nombre de los cuales reclama la liberación de 87.205$. Según pretende probar el abogado, Cates y Trincher alcanzaron un acuerdo de bancaje con Phil Ivey, y ese dinero les pertenece.

En concreto, Cates y Trincher proporcionaron el total de la entrada a Ivey, bajo la condición de que de alcanzar los premios, Phil debí­a proceder a la devolución de los 50.000$ del buy-in y la entrega del 50% de los beneficios.

El estado de Nevada reconoce la legalidad de los acuerdos de bancaje y obliga a su cumplimiento. Si el juez considera probado el bancaje, el Código Civil del Estado reconoce que la propiedad de los fondos corresponde al bancador.

Ahora bien, hay un tecnicismo que se interpone entre el dinero y sus supuestos propietarios. Debido a la dilatación del juicio y los posteriores recursos en el tiempo y a la publicidad que tuvo el caso en la prensa, tanto Ivey como sus bancadores debí­an ser plenamente conscientes de la existencia de una deuda del jugador con el Borgata y de que el casino habí­a obtenido ví­a libre para intentar cobrar en Nevada.

Por tanto, se puede argumentar que cualquier reclamación de los bancadores, en caso de ser admisible, se le debe trasladar directamente al jugador. De otra manera, se abre una puerta para que cualquier persona que pueda ser sujeta a embargo de sus bienes fabrique una red de supuestos bancadores para evitar la retención de sus activos y el cumplimiento de sentencias firmes.

El juzgado queda pendiente de la respuesta del equipo legal del Borgata, requisito imprescindible antes de se estudie la objeción de Cates y Trincher. Por cierto, que el jugador neoyorquino de origen ruso puede que te suene por ser el hijo del millonario Vadim Trincher, al que precede la fama de estar relacionado con la mafia rusa. Illya tuvo que cumplir arresto domiciliario en el afamado caso de las partidas ilegales de High Stakes en la Gran Manzana, partidas en las que participaban actores como Matt Damon o Tobey Maguire bajo las atentos cuidados de Molly Bloom.