Asia se ha convertido en el Triángulo de las Bermudas del Poker. Jugador de renombre que se deja caer por allí, jugador que es abducido y encerrado en un universo paralelo de carísimas partidas privadas, extrañas compañías de empresarios de dudosa reputación, hoteles de lujo y una cultura que invita a quedarse en la zona a visitar países que nos resultan realmente llamativos a los occidentales.
Uno de los desaparecidos en la perturbación asiática es Phil Ivey. Al californiano nunca le había despertado pereza hacer las maletas y viajar a festivales por todo el mundo, si la oferta de poker lo merecía. Hay vídeos suyos en los High Rollers de los Aussie Millions, en Montecarlo, en las WSOPE… Nunca se sacudió su timidez ante las cámaras, y con los años se le ha notado más reacio a atender a los medios, pero nunca había desaparecido por completo del mapa, como ha sucedido en 2017.
Este año, Ivey se ha perdido por primera vez en su carrera el Main Event de las WSOP. Ni siquiera lo perdonó en 2011, dos meses después del Black Friday. Por aquel entonces se estaba haciendo pasar por el adalid de los jugadores de la sala, acusando públicamentea sus ex-socios y dejando caer su intención de mediar en una venta de la sala que saldaría las deudas con los jugadores. Prometió no jugar las WSOP y demandar a Lederer y compañía por los fondos de los jugadores -«¿cómo voy a jugar sabiendo que muchos no podrán por tener sus fondos congelados en Full Ttlt ?», decía-, pero unos pocos días antes del torneo se echó para atrás.
Luego se supo que Ivey se aprovechó del patrocinio de Full Tilt y de los préstamos a fondo perdido a amiguetes durante muchos años, y la admiración se tornó en desconfianza. Ese fue el primer escándalo de una serie que ha convertido a Ivey en un personaje más propio de la prensa rosa que de la deportiva. Su divorcio y la batalla legal que conllevó, así como la acusación pública por tramposo que dos casinos llevaron adelante en los juzgados, han terminado por obligar a Ivey a refugiarse en su madriguera. Pero, ¿dónde está ahora ese refugio?
El portal asiático de noticias SoMuchPoker se enteró de la presencia de Ivey en un acto promocional de una app de poker llamada Zhi You. Phil tomó parte en un torneo con 100 de los clientes de la aplicación, después de aceptar la oferta de uno de sus amigos asiáticos. Además, su prometida quería visitar la capital china. Y allí se fueron nuestros compañeros a encontrarse con él. Y la verdad es que valió la pena, y en los escasos minutos que les concedió, Ivey soltó bastantes titulares.
Por de pronto, Ivey confirmó que ya no vive en Playa del Carmen, sino en Hong-Kong.
Hay partidas en Macao, así que me he venido a vivir a Hong-Kong, que la prefiero a Macao, con la idea de poder jugar. Además también voy a jugar a veces a Manila, así que me es más conveniente vivir por aquí y llegar antes a las partidas.
Sobre los rumores que apuntan a que varios jugadores de renombre están envueltos en partidas de high stakes en la China continental. Ivey dio la respuesta protocolaria.
No, no. Allí no es legal.
La chicha de la entrevista llegó con la pregunta sobre su desaparición del circuito.
Me siguen interesando los torneos en vivo. Me encantan. Siempre he jugado torneos. Lo que ha pasado es que he tenido que atender temas personales y familiares y no me apetecía ponerme delante de la prensa en esos momentos.
Tenía muchas cosas en marcha y decidí apartarme una temporada, pero el año que viene voy a empezar a jugar de nuevo.
Como era de sospechar, sus juicios han tenido mucho que ver con su ausencias mediática, pero eso va a cambiar para el año que viene. Ivey vuelve al circuito, para bien de los aficionados y desgracia de sus rivales.