La aprobación por el gobierno italiano de la prohibición de la publicidad del juego ha desatado múltiples consecuencias negativas para el sector del gambling en Italia.
La que más ha dolido a los jugadores transalpinos es que no podrán adherirse a la liquidez compartida, al menos, hasta que haya nuevas elecciones y se produzca un cambio de gobierno.
Sin poder realizar acciones de marketing, las salas no se plantean siquiera dar el salto a la liquidez compartida.
La prohibición de la publicidad también va a afectar notoriamente al deporte de élite italiano, porque el Decreto Dignití prohibirá que los equipos de las principales ligas de fútbol, basket o volley luzcan publicidad de empresas relacionadas con el juego en sus camisetas a partir del 1 de enero de 2019.
Los clubes del Calcio no se han quedado con los brazos cruzados. Previendo la pérdida de una parte muy importante de sus ingresos publicitarios, han comenzado una serie de contactos y reuniones con los representantes del gobierno y del Parlamento. En ellos, han participado portavoces tanto de la Serie A (la Liga italiana) como de la Federación Italiana de Fútbol.
Las cosas están muy calentitas, ya que en las últimas semanas incluso ha empezado a hablarse de hacer una huelga deportiva contra el Decreto Dignití .
La amenaza del parón ha llegado al gobierno a trabajar en un nuevo reglamento que pueda evitar una huelga que podría ser histórica de todo el deporte italiano.
El periódico Il Messaggero ha publicado que es posible que, de primeras, para evitar la huelga, se aplace la prohibición hasta el 30 de junio de 2019, dejando a los clubes terminar la temporada con los actuales acuerdos de patrocinio.
La revisión del gobierno también tiene que ver con las denuncias recibidas porque presuntamente el Decreto Dignití es contrario a la Constitución italiana, al violar el artículo 41 sobre la libertad de empresa.
Según Il Messaggero, el gobierno podría tomar como referencia la legislación británica, que parte del reconocimiento del poker y las apuestas deportivas como juegos de habilidad, y no de azar. Este cambio de concepción podría ser decisiva, porque los operadores autorizados para ofrecer poker y apuestas no se verían afectados por la prohibición de la publicidad (que se mantendría para los juegos de casino y las tragaperras).
En Italia tienen la esperanza de que la presión del deporte lleve al gobierno a olvidarse del Decreto Dignití y a poner en marcha una regulación inteligente, siguiendo el camino abierto por la del Reino Unido. En ella, quedarían limitados los anuncios en televisión y no se aceptaría la aparición de deportistas de primer nivel en campañas comerciales relacionadas con el juego. La adopción de esta línea menos intransigente salvaría al gobierno de la huelga del deporte italiano y de las denuncias interpuestas en la justicia transalpina y europea por los operadores, y acercaría al poker italiano a la liquidez compartida.
VGL!
