El Tribunal de Justicia de la Unión Europea sigue aumentando la jurisprudencia contra el proyecto de regulación del juego en Alemania, uno de los procesos regulatorios más esperpénticos de los que se han vivido en Europa. Y mira que buena parte del resto tienen tela.
La situación en Alemania es un total despropósito. Ahora mismo, existe en el país un monopolio estatal, que se extiende a uno de sus lí¤nder. Este marco legal está denunciado en diversos tribunales locales y señalado como contrario a las leyes de la Unión por los tribunales europeos.
En 2012, uno de los lí¤nder, Schleswig-Holstein, emitió varias licencias para operadores de apuestas deportivas por su cuenta y riesgo. Esta avanzadilla individual forzó al gobierno federal a sacarse de la manga un Tratado Interestatal que anulaba estas licencias y abría un proceso de concesión de 20 licencias a nivel estatal, prohibiendo la oferta de poker y juegos de casino.
Este nuevo tratado también fue llevado a los tribunales, y se estableció una batalla judicial que aún dura y que a todos los efectos había enviado el tratado al purgatorio, a la espera de una reforma o una resolución favorable de las demandas. Sin embargo en 2013, el gobierno se sacó de la manga un periodo de estudio de los candidatos para la concesión de las licencias. Se presentaron más de 100 empresas, ¡pero ninguna logró cumplir las absurdas condiciones impuestas!
Semejante disparate desembocó en una nueva batería de acciones judiciales, como es lógico, y las sentencias volvieron a desnudar la irregular situación del juego en Alemania.
En medio de todo este guirigay, las autoridades alemanas se permitieron abrir expedientes sancionadores contra empresas licenciadas en otros países de la Unión por supuestas violaciones de la ley del monopolio vigente. Los tribunales alemanes consultaron a la corte europea y así se ha llegado a sentencias como la que te traemos hoy.
Según el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en respuesta a una consulta concerniente a una multa impuesta a un comerciante que tenía en su bar deportivo una máquina de apuestas de una empresa licenciada en Austria:
–Las autoridades no pueden penalizar al acusado por considerar que está obligado a tener una licencia, ya que el marco regulatorio consistente en un monopolio estatal ha sido considerado contrario a la ley europea y se ha mantenido en práctica tras abrir un proceso de concesión de licencias.
-No se puede exigir una licencia estatal cuando el proceso de concesión no observa los principios de igual trato y no discriminación por nacionalidad.
La base de las conclusiones es el archiconocido artículo 56 del Tratado de la Unión.
En el marco de las disposiciones siguientes, quedarán prohibidas las restricciones a la libre prestación de servicios dentro de la Unión para los nacionales de los Estados miembros establecidos en un Estado miembro que no sea el del destinatario de la prestación.
El gobierno alemán mantiene vigente el monopolio sobre el juego, amparado en una supuesta provisión para emitir licencias que han saboteado desde dentro imponiendo condiciones imposibles a los operadores. No pueden acusar a ningún operador de no proveerse de una de las licencias que no han otorgado aún y no se puede exigir respeto a un monopolio sobre el que el Tribunal de la Unión ha confirmado por activa y por pasiva que va en contra de la Unión Europea.
Pero bueno, mal de muchos, consuelo de tontos. Porque haya políticos que traten al juego online peor aún de lo que lo hacen los españoles, no hace nuestra situación más soportable.
