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La mano que se le aparece a Chris Moorman en sus pesadillas

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El episodio más cercano a un fenómeno paranormal que se haya visto en el circuito fue la inexplicaba incapacidad que mostró durante años Chris Moorman para trasladar a los casinos la insultante superioridad que mostraba en los torneos online.

Mucho después de que el británico se estableciera como el número uno en los fieltos virtuales, todaví­a estaba esperando por el primer resultado aceptable en vivo. No estamos hablando de un premio millonario. Moorman fue incapaz de jugar una sola mesa final en un festival internacional hasta enero de 2011, y el gafe en los eventos principales le durarí­a aún hasta marzo de 2014, cuando por fin cayó su primer WPT.

Por mucho éxito que Moorman cosechaba en su faceta online, el gafe que le perseguí­a en el circuito le tení­a obsesionado.

La gente de Pocketfives le ha pedido a Moorman que les cuente esa mano de la que aún se arrepiente a dí­a de hoy. Esa situación que revives en sueños y que nunca acaba bien.

Toda esa introducción que hemos hecho es para poner en contexto la razón por la que un jugador que ha participado en miles de torneos y ha visto millones de flops ha elegido precisamente una mano de 2008, que tuvo lugar en el casino Empire de Londres. En realidad, su peor recuerdo en el poker es la concatenación de manos que le echó del Main Event de las WSOPE, de una mesa que lideraba codo con codo con Johnny Lodden.

Ambos estaban atizando la burbuja como posesos, repartiéndose las manos. y todo apuntaba a que Moorman iba a mejorar notablemente los 12.593$ en premios que figuraban en su deamasiado modesto Hendon Mob.

«Johnny y yo tení­amos bstacks muy profundos, alrededor de la marca de 100bb, y en esto que miro mis cartas y veo reyes.

Estaba más que feliz por conseguir meter todo el dinero en el bote hasta que vi que él llevaba ases. Dada la dinámica de la mesa, fue un shock tremendo encontrarse con ese setup«.

De todos modos, después del encontronazo a Moorman aún le quedaban 20 ciegas, y tocaba la minicaja con la punta de los dedos. En aquella época, la libra estaba fortí­sima frente al dólar. El buy-in era de 10.000 libras, que equivalí­a casi a 20.000$, y la minicaja cotizaba a 46.086$

No obstante, la debacle que tanto marcó a Moorman aún estaba por completarse.

«Un jugador escandinavo muy agresivo abrió a 3bb, como se hací­a pior aquel entonces, y yo llevaba nueves.

A cuatro eliminaciones del ITM, pensé que lo mejor era resubir a medio stack para dar la impresión de que llevaba un monstruo y obligar a foldear manos como AQ.

Estaba convencido del todo de que el tipo estaba abriendo más manos de las necesarias para que la jugada fuera provechosa. Por desgracia, me equivoqué en la apuesta y tuve que hacer una resubida mí­nima, que le dio un precio inmejorable para ver el flop».

El flop fueron tres overcards, AKQ, y Moorman intentó robar el bote con una pequeña continuación, pero se tuvo que tirar a un all-in.

«Menudo desastre. Después de esa mano me quedé cortí­simo y al final perdí­ un flip y ni siquiera hice caja en el torneo, después de jugar durante tres dí­as y medio y de haberme puesto chipleader en la burbuja.

No pude ganar un premio más grande que aquella minicaja hasta que pasaron tres años más, y a menudo me preguntaba a mí­ mismo si no habí­a exchado por tierra la mejor oportunidad que iba a tener jamás de ganar un gran torneo«.

Lodden acabó el 11º, y el torneo lo ganó John Juanda, que cobró 1.580.096$.

Moorman esperó paceintemente por su venganza, y en 2011 logró el primer premio millonario de su carrera en vivo al jugar el HU del ME de las WSOPE en Cannes, y pese a perder contra Elio Fox en el cara a cara.

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