El Main Event de las World Series of Poker 2016 ha permitido recuperar a una de las figuras más legendarias del poker online, Cliff Josephy, que de la jubilación virtual ha pasado, en diez días, a ser el máximo candidato a ganar el título más codiciado del poker y la persona que todo el mundo desea ver investido como embajador del poker para los próximos doce meses.
El mayor exponente de los logros de «JohnnyBax» en la Red es su récord de 74 semanas de permanencia como número 1 del ránking de mejores jugadores online compilado por PocketFives, extendido a lo largo de la mayor parte de 2005 y 2006, desde la primera publicación de la lista. Sus ganancias superan con mucho los 4.000.000$, y seguro que gente como «Amatos», «Varico» o Maceiras está ahora mismo teniendo flashbacks mentales a sus batallas contra él en los 109$ con recompras de PokerStars. Mucha gente le identifica como el primer gran jugador online, sin duda el más prominente tras el boom de 2003.
Tanto es así, que se puede decir que Josephy encarna la historia del poker online. Todo empezó en un vuelo hacia Florida, rodeado de su familia, preludio de una visita familiar a casa de sus padres para las Navidades de 2003. Cuando los niños quedaron dormidos, Cliff pudo aprovechar la tele por satélite del avión y se topó con la repetición de la victoria de Chris Moneymaker, que la ESPN reprogramaba de vez en cuando.
Al llegar a la casa familiar, su padre estaba jugando online, y ayudó a Cliff a hacerse una cuenta en PokerStars. La decisión de convertir el poker en su hobby favorito recibió un último espaldarazo cuando al volver a Long Island, se encontró con la invitación de un amigo a jugar un torneo en Foxwoods.
Josephy tiene un don para el poker. Mejoró a velocidad de vértigo y se convirtió en el mejor jugador de torneos en el nuevo entorno online. La incredulidad de los jugadores del vivo quedó borrada de un plumazo cuando ganó un brazalete de las WSOP en el primer torneo de Stud que jugó en su vida.
Pionero en todos los aspectos del poker online, «JohnnyBax» fundó una de las primeras escuelas de poker online, PokerXFactor, y también fue de los primeros en convertir el «staking» en una forma de negocio dentro del poker.
Los caballos de Josephy forman una cuadra que se rumorea que han llegado a alcanzar los 200 en un mismo Main Event. Es más, esta no va a ser la primera vez que Josephy va a estar en el Penn&Teller; ya estuvo acompañando a Ylon Schwartz en 2008 y a Joe Cada en 2009. íl y Eric Haber tenían el 50% de Cada cuando salió campeón, lo que les rentó 4.000.000$.
«Sé qué tengo que esperar encontrarme en octubre, y no me va a intimidar ni una pizca».
Este éxito de 2016 le llega un poco por sorpresa. El Black Friday le retiró del poker online, y ha venido manteniendo una distante relación con el poker gracias a las WSOP -ganó su segundo brazalete en 2013-, el WPT y otros circuitos que recorren Estados Unidos. Su balance en vivo supera los 2.500.000$ en premios.
Convertirse en el mayor referente del poker online con 40 años ya era una aberración generacional. Ahora, con 51, ha tenido que aguantar las chanzas de Tom Marchese, James Obst o Griffin Benger en los días 6 y 7 -«¿En serio que tengo que tener cuidado con este señor? Si tiene el pelo gris, bromeaban en la mesa»-. Tan inesperada ha sido su clasificación para la mesa final, que no tenía a nadie en el raíl.
«Anda que si no traigo un raíl mejor en octubre…, porque hoy era inexistente, aunque se puede entender. Tengo un montón de amigos cincuentones en Nueva York, trabajando. A juzgar por los mensajes que me están mandando estos últimos días, todos andan haciendo planes y amenazando con aparecer por allí. No vamos a ser los más estridentes. No somos británicos, ni tampoco nos emborrachamos ya».
Desde luego, nadie va a lamentar que «Johnnybax» ocupe uno de los nueve asientos de la mesa final del Main Event este año. Ha respaldado económicamente a cientos de jugadores, ha inspirado a miles y es una piedra angular en la historia de este juego. Los homenajes, en mi opinión, son mucho más apreciables y emocionantes cuando se celebran como culmen a una carrera, cuando el homenajeado retiene al menos una parte de los dones que le han hecho merecedor del reconocimiento.
«Es un sueño hecho realidad. Cada día que pasaba he sido capaz de dormir menos y menos. El teléfono ha empezado a sonar cada vez más y estoy sintiendo mucho cariño y apoyo. Es estupendo sentir este subidón. Verlo, e incluso ganarlo, desde fuera es muy bonito, pero ser el protagonista es algo que soñaba con experimentar».
