El poker es un juego en el que la varianza tiene un papel crucial. Las rachas son algo intrí­nseco a la carrera pokerí­stica. Un mismo jugador puede estar meses sin entrar en premios y luego encadenar varias mesas finales.

Algunas rachas alcanzan dimensiones verdaderamente llamativas, como las de Daniel Negreanu en 2004, que le consagró como el mejor jugador de torneos de su época, Erik Seidel a principios de 2011 -el nacimiento del implacable «Seiborg»-, o la presentación en sociedad de Daniel Colman en 2014.

El mejor año que se le recuerda a un jugador de poker es el año 2016 de Fedor Holz, la mejor racha que haya tenido jamás un miembro del circuito. El alemán arrasó en los tapetes de medio mundo y entró directamente al top 10 en ganacias de la historia del poker.

Aunque cuando vivimos la increible racha de Fedor Holz se antojara imposible, dos años después, ha aparecido otro jugador que amenaza con dejar ridiculizadas todas esas actuaciones individuales que levantaron asombro en el circuito. Justin Bonomo, en 2018, está consiguiendo números que ya son equiparables a los de Fedor Holz en 2016, ¡y aún le quedan siete meses por delante para superarlos!

Pongamos en comparación los logros de cada uno de estos dos monstruos en sus mejores temporadas.

Es fácil comprobar que Bonomo ya tiene hecho el trabajo más duro. El número de mesas finales y tí­tulos entre los dos historiales es prácticamente idéntico.

En los siete meses que quedan de 2018, aunque solo fuera para igualar a Holz, el estadounidense deberí­a equilibrar el número de cajas, de las que le faltan nueve, y las cifras de premios.

Bonomo ha superado las 18 cajas y los 4.000.000$ en premios tanto en 2016 como en 2017, por lo que por una simple regla de tres, podrí­amos considerar algo «normal» que pudiera igualar esas cifras, mientras que deberí­a mejorar claramente aquellas en las que ya se equipara al alemán.

Para profundizar aún más en comparaciones, vamos a recordar cuáles fueron los casinos predilectos de estos dos jugadores durante estas asombrosas rachas.

Holz, en 2016, aprovechó especialmente los High Rollers del Aria, fuente de seis de sus mejores premios de aquel año. Los puntos álgidos de la temporada llegaron en las primeras Triton Series, en la SHR Bowl y en los EPT de Montecarlo y Barcelona, sus cuatro premios de más de un millón de dólares de aquella mágica temporada.

WPT National Triton Super High Roller 200.000$ (1.º 3.463.500$)

EPT12 Grand Final

• €10,300 High Roller (4.º, 190.123$)

• €50,000 Super High Roller (5.º, 310,892$)

Super High Roller Bowl 300.000$ (2.º, 3.500.000$)

Aria High Rollers

• $50,000 ARIA Super High Roller (Mayo, 7.º, 122.400$)

• $50,000 ARIA Super High Roller (Junio, 1.º 637.392$)

• $25,000 ARIA High Roller (Junio, 1.º, 393.120$)

• $25,000 ARIA High Roller (Junio, 1.º, 276.012$)

• $50,000 ARIA High Roller (Julio, 3.º, 407.310$)

• $100,000 ARIA Super High Roller (Octubre, 4.º, 299.880$)

WSOP $111,111 High Roller for One Drop (1.º 4.981.775$)

EPT13 Barcelona €50,000 Super High Roller (1.º 1.473.127$)

Justin Bonomo también ha estado sobresaliente en el EPT Montecarlo y en la Super High Roller Bowl, ganando consecutivamente la edición china y la del Aria, pero le saca ventaja a Fedor en que aprovechó mucho mejor la PCA Bahamas y el WPT Lucky Hearts Poker Open -cuatro cajas en High Rollers, con premios que suman más de 2.000.000$- .

Tiene por delante el reto de sacar algo positivo en las WSOP y en el EPT Barcelona

Además, la última caja sobresaliente de Fedor en 2016 fue en octubre. En esas fechas desaprovechadas por el alemán hay festivales tan importantes como las WSOP Europe, el WPT 5DWPC, el EPT Praga o los nuevos MILLIONS de partypoker LIVE.

Lo más alucinante es que hablamos de un jugador de tan solo 32 años que ya es el tercero en premios en el ranking del poker en vivo, solo por detrás de Daniel Negreanu y Erik Seidel.

Todo apunta a que Bonomo va a marcar una referencia imposible de superar para generaciones venideras.

Puede que estemos asistiendo a la consagración del mejor jugador de poker de la historia. Pero cuidado, que lo mismo pensábamos del año de Holz hace un par de temporadas. De locos.