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El relevo generacional en los High Rollers: Ivey fuera del top 10 histórico

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Phil Ivey ha sido la referencia del poker mundial durante más de una década. Pero ya no lo es.

No fue un trabajo de marketing ni el capricho de un foro. Ivey se ganó la consideración de mejor jugador del mundo en muy diferentes ámbitos.

Se hizo un nombre siendo el jugador más joven en ponerse a tiro del número mágico de 10 brazaletes de las WSOP -ganó su noveno brazalete en 2010, en la cúspide de su fama-, hazaña que, por cierto, no completó en 2014 después de las ediciones más afectadas por el Black Friday. Se convirtió en miembro de la élite de los gamblers de Las Vegas , y el Aria le dedico una sala privada con su nombre, la Ivey’s Room.

Ivey estuvo presente de manera casi permanente en televisión, incluso sin aparecer en plano. Los jugadores de High Stakes Poker hablaban de él cuando no estaba, y siempre con el máximo respeto, incluso miedo. Eso sí­, en cada torneo que pisaba, que por entonces eran bastantes, sufrí­a un marcaje muy estrecho por parte de nuestros compañeros.

También fue el primer «end boss» online para toda una generación de grinders comno Tom Dwan, destetados en las nosebleeds de Full Tilt Poker, donde Ivey se convirtió en el mayor ganador online de la historia.

Por último, y como último guiño a quienes le consideran el mesí­as del poker moderno, inauguró la era de los Super High Rollers convirtiéndose en la mayor estrella de los Challenges de los Aussie Millions, precursores del elitista circuito que ahora viaja por todos los festivales más importantes del planeta.

Su condición de protoestrella de los SHR tuvo un reflejo visual en la lista de premios histórica del poker en vivo. Ivey ascendió a la cumbre, siendo -por cuestión de horas- el cuarto jugador en pasar de los 20.000.000$, después de la aberración estadí­stica que creó la victoria de Antonio Esfandiari en el Big One for one Drop en 2012 y las leyendas Erik Seidel y Daniel Negreanu, a los que adelantó en 2014 después de ganar su primer torneo de 250.000$ de entrada.

Esta noticia, en concreto, cambió la percepción de los premios en vivo casi tanto como el Big One for One Drop. Ivey dio un salto de casi 4.000.000$ de golpe, y pasó del quinto al segundo puesto batiendo un field de solo 14 jugadores que hicieron menos registros iniciales que reentradas (16).

Sin embargo, su estrella se empezó a apagar poco después. En 2015 fue el mayor perdedor online, un durí­simo golpe para su reputación de invencibilidad. Patrik Antonius y Dan Cates aprovecharon la coyuntura para descabalgarle del trono online

Su presencia en los medios también quedó reducida al mí­nimo. Ivey se dejó seducir por Phil Phua y los VIPs de Macao y desapareció de la vida pública junto a «durrrr», Andrew Robl y demás. Era el empujón que le faltaba para enterrar una vida pública que ya era casi inexistente a raí­z de su juicio de divorcio, que sacó a la luz en 2012 muchos trapos sucios de su etapa en Full Tilt que dejaron muy pocos motivos para que los fans renovaran su admiración por el californiano.

El único pilar de su reputación que paermanecí­a intacto era su privilegiada situación en la lista de top 10 ganadores mundiales en premios en vivo. Eso también ha desaparecido, hace unas semanas.

Además de por sus más directos rivales desde la época dorada del poker, –Seidel y Negreanu supieron mantenerse en el circuito y seguir engordando sus cifras-, los números de Ivey se han visto empequeñecido por la nueva generación de High Rollers que comenzaron a amasar millones a un ritmo frenético desde hace un lustro.

El primero en avisar de lo que vení­a por detrás fue Dan Colman, con su el increí­ble run de 2014. Mucha gente le comparó a Esfandiari, por haber aprovechado una victoria en un Big One for One Drop para irrumplir en la historia del poker. Pero ni Colman era Esfandiari, ni el análisis era el correcto. Fedor Holz se encargó de demostrarlo acumulando una cantidad muy superior a base de una regularidad pasmosa en el circuito de los SHR.

Desde entonces hasta hoy han surgido nuevas superestrellas, como David Peters y, especialmente, Justin Bonomo, lí­der actual del ránking. Su distancia actual con Ivey es sideral.

El clavo que le faltaba al ataúd de Ivey era que le empezaran a alcanzar los regs del SHR, jugadores que escalan posiciones a pico y pala y que no han tenido las rachas increí­bles de los jugadores que hemos mencionado hasta ahora, pero acumulan varias cajas millonarias cada año. Hablamos de Steve O’Dwyer,-que ya ha pasado a Ivey merced a su caja en la Caribbean Poker PArty del invierno pasado-, o de Ike Haxton, Stephen Chidwick o Brian Rast, que no han de tardar.

La responsabilidad de poner a Ivey en peligro de abandonar el Top 10 hay que otorgársela a Bryn Kenney, que ha empezado 2019 obteniendo grandes resultados tanto en el U.S. Poker Open como en las Triton Series y ya es sexto de todos los tiempos. Sobrepasó a Ivey al ganar el Main Event de los Aussie Millions, en enero, y le dejó en el alambre.

Finalmente, hace unos dí­as, con su victoria en el mayor evento de Short Deck de las Triton Series de Jeju, Jason Koon empujó a Ivey fuera del top ten.

Esta teorí­a sobre la caducidad del legado de Ivey tuvo su corolario con una caja millonaria de Dan Smith en el mismo festival, por lo que Ivey ya no es 11º sino 12º en la lista de ganadores en torneos en vivo de todos los tiempos.

  1. Justin Bonomo 44.626.825$
  2. Daniel Negreanu 39.830.195$
  3. Erik Seidel 34.782.419$
  4. David Peters 32.628.532$
  5. Fedor Holz 32.556.379$
  6. Bryn Kenney 30.654.182$
  7. Daniel Colman 28.925.059$
  8. Jason Koon 27.911.824$
  9. Antonio Esfandiari 27.728.437$
  10. Dan Smith 27.704.822$
  11. Steve O’Dwyer 26.820.595$
  12. Phil Ivey 26.267.283$

Ya ni la Ivey’s Room se llama Ivey’s Room.

Todo apunta al final de una era, aunque queda un resquicio para la resurrección del mito. La última caja millonaria de Ivey es mucho más reciente de lo que cabrí­a esperar. Llegó en un festival de las Triton Series de su amigo Phua en 2018. Quizá por ahí­…

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