Una de las mejores campañas publicitarias que ha vivido el poker durante 2016 han sido unas declaraciones de Michael Phelps durante los juegos de Rio, en las que les reconoció a los periodistas que en los momentos previos a la final de 200 metros mariposa estaba jugando al poker chino para relajarse.
Phelps, con 23 medallas de oro, tres de plata y dos de bronce, es junto a Usain Bolt la mayor estrella del mundo del deporte, al menos mientras dure la resaca de sus actuaciones en los Juegos Olímpicos y antes de que los Cristianos y los Messis les reemplacen de nuevo en los titulares de la prensa diaria.
Shaun Deeb, siempre a la que cae, ha largado el anzuelo a la piscina olímpica, y se ha prestado voluntario a ser rival de Michael en el poker chino descubierto. Raro es que pique algo en aguas tan claras y estancadas, pero ya se sabe que el que pilla el campanu es el que más pasta saca vendiendo salmón.
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— shaun deeb (@shaundeeb) 17 de agosto de 2016
La pasión de Michael Phelps por este otro deporte, el de las 52 cartas, está perfectamente documentada. Es más, tras los Juegos de Londres, Phelps anunció su retirada anticipada y se lanzó de cabeza al fieltro. La siguiente competición deportiva a la que se presentó fue al PCA Bahamas, y posteriormente se le vio jugar asiduamente en las World Series of Poker. Por no hablar de la timba semanal que sirvió de combustible par que varios tabloides hablaras de una supuesta ludopatía en los días previos a Londres 2012.
Tampoco es coincidencia que el tipo que ha salido más veces en las fotos con Phelps este verano sea Jeff Gross. El pro estadounidense es uña y carne con el nadador, y ha estado al pie de la piscina en todas y cada una de las carreras que ha disputado Phelps en Rio. Ambos compartían casa en Baltimore antes de que el nadador decidiera formar una famila con su actual esposa, Nicole, y su amistad data de sus años de universidad.
El dúo Phelps-Gross forma parte de una pandilla más numerosa con la que también se relaciona Antonio Esfandiari. Si abrimos un poco más este círculo de amistades, también caben Brian Rast, Dan Colman o Bill Perkins. Además, Gross no es el único enlace de Phelps con el mundo del poker. El medallista envió tuits de ánimo a Tony Gregg antes de una mesa final y mantiene buenos lazos con Phil Helmuth o Christian Harder.
Así que Deeb no va nada desencaminado. Sin embargo, en claro contraste con el soltero de 27 años que quería dejar la natación después de triunfar en Londres, ahora Phelps es padre de familia, un treintañaero que está encantado con su retoño Boomer y que acaba de invertir 2.500.000$ en una mansión en Arizona. Pero vamos, que nadie le culpa por intentarlo.
