Desde que en 2015 se vieron obligados a negarles sus servicios a los jugadores italianos, los responsables de la expansión internacional de Winamax han estado coqueteando con la idea de conseguir acceso al mercado trasalpino, sin que hasta el día de hoy se haya dado la oportunidad.
La sala francesa era una de las interesadas en acudir al reparto de licencias de 2017, que luego se pospuso a 2018 y, finalmente, se detuvo por culpa del radical cambio político que acabó por deshacer el tratado de Lisboa y la liquidez internacional con Francia, España y Portugal.
El plazo inicial para la ampliación era marzo de 2017. En octubre, ante los oscuros nubarrones que se estaban formando sobre la Bota, Winamax decidió adquirir una licencia vigente que era propiedad del grupo Betclic. Esta era una de las 40 licencias online expedidas con rango comunitario a empresas de la UE, expedidas a principios de la pasada década amparadas en la doctrina del decreto Bersani aprobado en 2006. La nueva regulación no les afectaba y estaban destinadas a caducar en los últimos meses de 2020.
La licencia nunca llegó a ser explotada. Todos recordamos lo simbólica que nos pareció entonces la incorporación de Mustapha Kanit y Adrián Mateos al Team Winamax, que siempre había sido francófono al 100%. Winamax incluso creó una página web para la que se supone que iba a ser su sala de apuestas deportivas destinadas al público italiano, pero la incertidumbre de la situación hizo que su contenido nunca fuera más allá de un mensaje que prometía ofrecer «novedades en un corto espacio de tiempo».
Otro paquete de licencias expedidas a empresas del juego físico bajo las mismas premisas tenían fecha de caducidad en 2015. En aquellas fechas, la sensibilidad de las autoridades italianas estaba más cercana a la liquidez internacional y no se pusieron impedimentos para que siguieran en vigor con una prórroga indefinida.
Ahora, la Agencia delle Dogani e dei Monopoli tiene una visión muy distinta sobre el juego online y decidió que en el caso de las licencias que caducaban en 2020 no iban a hacer nada par negociar una extensión, se desentendieron del tema, hicieron oídos sordos y llegado el día mandaron aviso a los licenciatarios para que cesaran en sus operaciones en suelo italiano.
Winamax recurrió ante los tribunales la forma de proceder de la ADM, y ahora un juzgado de la región de la Lazio les ha dado la razón y ha instado al gobierno italiano a revocar la ejecución de las medidas, la manera más sencilla de «subsanar los perjuicios ocasionados, con el único fin de continuar la actividad de recaudación de las partidas gestionadas por el peticionario«.
Con esa sentencia, Winamax se mantiene abierta una ventana al mercado italiano, aunque los compañeros de Gioconews consideran improbable que Winamax acometa una operación a la que ya renunciaron bajo una premisa que no ha variado sustancialmente y sin la seguridad de una concesión duradera y fiable sobre la que montar su negocio.
Lo más normal sería que toda la atención de las oficinas de París estén centrada en otro mercado con perspectivas mucho más sólidas y atractivas, como es el alemán.