El pasado mes de noviembre publicamos la existencia de un proyecto que tenía como objetivo la construcción de un gran complejo de ocio y juego, que se ha denominado «EuroVegas Madrid«, en Valdecarros, entre Barajas y la Ciudad Deportiva del Real Madrid.
El proyecto, promovido por Sheldon Adelson y la empresa Las Vegas Sands, contemplaba la construcción de 12 hoteles, 1 pabellón, 6 casinos, 9 salas de espectáculos, 3 campos de golf, 1 estadio con capacidad para 17.000 espectadores y decenas de restaurantes. Requería una inversión de 16.900 millones de euros en 15 años y podía suponer la creación de 164.000 empleos directos y de unos 97.000 indirectos.
Pese a que la iniciativa suscitó múltiples críticas entre los distintos grupos políticos, tanto el gobierno socialista como las autoridades populares de la comunidad y el ayuntamiento de Madrid se reunieron con los representantes del millonario promotor norteamericano para tratar de hacer realidad el proyecto.
En los últimos días, se han conocido las peticiones que ha realizado Adelson a las autoridades estatales y madrileñas. Son absolutamente inasumibles, a pesar de que la propia presidenta autonómica Esperanza Aguirre ha declarado que está dispuesta a modificar la legislación para conseguir solucionar la mitad del paro existente en Madrid: «Si hay que hacer cualquier modificación [legal] que esté dentro de mis principios, se hará«.
Las pretensiones del magnate (el 16.º hombre más rico del mundo según Forbes) son el reflejo del capitalismo más duro. Requieren numerosísimos cambios legales y concesiones por parte de ls tres administraciones. El diario El País las detalla en un excelente artículo.
Adelson plantea la modificación del Estatuto de los Trabajadores, la Ley de Extranjería y la Ley de Procedimiento Laboral, para promover la contratación de extranjeros y facilitar los despidos. Desea rebajar los costes de las cuotas de la Seguridad Social.
Quiere recibir subvenciones y financiación pública (estatal o incluso comunitaria) para cubrir los gastos de formación de personal, contratar a trabajadores españoles y contribuir a la mejora medioambiental.
Requiere la realización de inversiones públicas para mejorar las comunicaciones (la creación de una nueva estacion de metro, la llegada de los trenes de cercanías, la habilitacion de nuevas líneas de autobús, la mejora de las carreteras, la construcción de un heliopuerto en el complejo y la conexión con el AVE). Además, también ha pedido que las infraestructuras de agua, gas y electricidad sean enterradas; que se traslade el verdedero de Valdemingómez, que se refuercen los servicios públicos (agua, luz, alcantarillado) y las emergencias (bomberos, atención sanitaria); y quiere que haya acceso a Internet wifi garantizado en todo el centro de ocio.
Así mismo, quiere que le sean cedidos todos los terrenos que ocupará el complejo, que se recalifique el suelo no edificable y que se ubique las viviendas de protección en otros emplazamientos.
Por otra parte, Adelson quiere que le concedan la exclusividad de este tipo de proyectos durante 10 años. Pretende eliminar las medidas de protección para menores y para personas con riesgo de ludopatía. Cambiar la ley de prevención de blanqueo de capitales. Modificar la Ley de Enjuiciamiento Civil en lo tocante a las deudas del juego. Habilitar líneas de crédito en los casinos. Holologar todos los juegos probados en otros países de Europa o los EE. UU. (incluidos los wireless). Y desea que dentro del complejo, los comercios tengan horarios libres de apertura y cierre, y que se pueda fumar en los recintos cerrados.
Por último, en cuanto a la tributación, las peticiones del propietario de Las Vegas Sandas son igualmente llamativas. Quiere que se les devuelva el IVA a as empresas del complejo y que este sea una «zona franca» para que los no comunitarios estén exentos del pago de este impuesto. Pretende que le eliminen los impuestos para la importación de productos foráneos. Solicita que se cambie la Ley del Impuesto sobre Sociedades, la Ley del impuesto sobre la Renta de no Residentes y la Ley del IRPF. Ha pedido 10 años de «vacaciones fiscales» en lo que se refiere a la tasa fiscal sobre el juego. Quiere una bonificación del 95% del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y del tributo municipal sobre construcciones, instalaciones y obras. Ha pedido 10 años de exención del impuesto sobre bienes inmuebles y una bonificación del 50% del impuesto de actividades económicas. Y, por último, ha exigido a las tres administraciones que negocien previamente con la empresa la aplicación de nuevos impuestos que pudieran tener impacto en el complejo.
Como podéís ver, el proyecto EuroVegas Madrid está muy lejos de convertirse en una realidad. Probablemente pasará a la historia como una alucinación más, tal como sucedió con el tristemente célebre Gran Scala de los Monegros.
¡Bienvenido, Mr. Marshall!
