Hace unos días, ó unas semanas, mejor dicho, os contábamos poco después de que finalizara la primera gran cita pokerística del año, la PCA, que Faraz Jaka tenía pensado retirarse a un monasterio budista en Tailandia, en busca de la concentración y la serenidad.
Pese a que muchos puedan pensar que se trata solamente de una excentricidad más, lo cierto es que el jugador profesional no iba de farol en este caso.
A su vuelta, ya en el mundo real, y aprovechando su participación en el EPT de Londres, Jaka ha hablado con las compañeras de PokerNews.com, explicando cuáles han sido sus vivencias durante estos días de reclusión. Aquí os dejamos el resumen de sus palabras, por si alguien estaba pensando vivir una experiencia similar:
«Acabo de volver de los 10 días más intensos de mi vida, que también han sido de los mejores. He estado en un monasterio, en Tailandia, donde no podíamos hablar en todo el día. Aunque la verdad es que lo del silencio, fue la parte más sencilla de todo. Básicamente nos levantábamos a las 4 de la mañana cada día, dormíamos en jergones de lana, meditábamos durante unas cuatro horas cada día…
Yo pretendía aprender a concentrarme mejor, sumergirme en mi mente, y acabé consiguiéndolo, tanto eso, como muchas cosas más que no hubiera esperado nunca. Ha sido una experiencia realmente asombrosa, de hecho, se la recomiendo a todo el mundo.
[…]
Es muy impactante volver a la realidad. Ahora intento utilizar algunas de las herramientas que aprendí en mi viaje, dentro de una mesa de poker. Es muy difícil, porque todo lo que aprendí allí y todo lo que hacíamos, era en absoluto silencio, sin otras distracciones alrededor…
[…]
Jugué un torneo la semana pasada, y la verdad es que se me hizo muy duro intentar alcanzar el nivel de concentración que tenía durante mi estancia en el monasterio. De todas formas, creo que poco a poco lo voy consiguiendo, y cada vez estoy más contento de cómo lo hago.».