La cuarta etapa de la Liga Poker 770 de La Toja conoció anoche a su campeón, Jaume Font, «Grumpydad«. El catalán comenzó la mesa final como lí­der en fichas (403.000) y supo administrar esa ventaja para ir dejando atrás a sus rivales.

En total se dieron cita 79 jugadores, catorce de los cuales se marcharon para casa con al menos 405 euros.

En cuanto a la mesa final, Antonio Prieto abandonó la lucha por el tí­tulo en décima posición. Sus dobles parejas de reyes-damas en el flop fueron insuficientes cuando su rival ligó su trucha de ases en el turn.

En noveno lugar se marchó José Ángel Vázquez Mouriño. El lí­der en fichas del dí­a uno no encontró suerte en los flips que se jugó y finalmente abandonó la lucha por el campeonato con un cheque de 567 euros.

La octava posición la ocupó Daniel Ventura. El madrileño se fue quedando muy corto hasta que encontró una mano con la que jugarse su resto (apenas cuatro ciegas). Sin embargo, Fran Méndez le esperaba con un cañón (dos dieces) que se terminó convirtiendo en poker con la quinta comunitaria.

Séptimo terminó Paco Torres, «El Tren«. El jugador del equipo de Poker770 se restó desde CO con rey-diez y se topó en la ciega grande con Jacobo Culell, que con rey-dama mandó a Torres a descansar.

Seguirí­a el mismo camino Ricardo Vilariño. El coruñés comprometió su stack con una mano marginal y «Grumpydad» decidió pagar desde el botón. Las cinco comunitarias no cambiaron la ventaja que tení­a Jaume Font y Vilariño decí­a adiós a su décima mesa final.

Quinta posición para Jacobo Culell. El de Marineda defendió su ciega tras una agresión de Elisardo Abal. Este último ya estaba comprometido con el bote y completaba el all-in de su rival. En la quinta calle surgí­a un as, que daba la mano a Abal y dejaba a Culell sin opciones.

Llegados a este punto el torneo se ralentizó. Fue tras el descanso cuando los cuatro supervivientes decidieron llegar a un pacto.

Tras el pacto, el juego ganó en acción y cuando solo se habí­an jugado dos manos Fran Méndez abandonó la mesa. El madrileño se restaba con y «Grumpydad» le pagaba con . Un nueve en el flop mandaba al madrileño a cobrar su premio.

El bronce fue para Elisardo Abal, que con su dama-nueve no pudo mejorar el rey-diez de José Lede.

La plata fue para el propio Lede. En la imagen podéis ver la mano.