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Lithany: La queja o cómo perder el control de tu vida

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Como coach de poker para jugadores de poker en español me encuentro mucho con clientes que practican de manera sostenida la queja. Hoy os voy a explicar lo negativo que es y cómo trabajarla.

Cí­rculo de responsabilidad

Si bien en pequeñas dosis la queja puede llegar a ser «terapéutica» la considero negativa si no nos motiva a realizar un cambio o si nos estamos quejando de algo que no dependa directamente de nosotros. En ambos casos nos generará estados emocionales negativos, como frustración, impotencia o ira.

Esos estados emocionales negativos no nos favorecerán de forma alguna, así­ que conviene anular la queja.

No confundamos queja con justificación. Son distintos. Hoy nos centramos en la queja.

¿Qué la identifica?

Explicar qué es una queja o «un lloro» creo que no tendrí­a sentido ya que todos sabéis lo que es, la habéis «practicado» y/o sufrido de alguien cercano.

Para identificar la queja encubierta prestar atención a frases del estilo:

  • Frases de crí­tica o tiranización a una persona o situación/evento.
    • «Te puedes creer…»
    • «Otra vez….»
    • «La culpa es de ….»
    • «*$%& Varianza!»
  • Frases victimistas respecto a una persona o una situación/evento.
    • «No puedo más siempre me pasa a mí­».
    • «Todo…»
    • «Siempre igual…»
    • «No puedo hacer nada…»

Creo que la idea queda clara. Cada una de las frases se podrí­a estudiar, ya que tienen muchí­sima miga pero es algo largo que trabajo cuando realizo los procesos de coaching de poker en la parte del lenguaje.

¿Por qué lo hacemos?

Se trata de un mecanismo para:

  • Compartir con el entorno un suceso.
  • Buscar atención de los demás.
  • Buscar reconocimiento, compasión, empatí­a y sentirme superior.
  • Que el ego obtenga «la razón»
  • Quitarnos la «culpa».
  • Buscar sentirnos mejor sin la necesidad de sufrir actuando al respecto.

La queja es un mecanismo de obtener de forma externa un confort ante una situación que no aceptamos.

¿Qué lo causa?

Generalmente lo inicia un evento que no encaja en mi criterio personal de «justicia» o de cómo deberí­a funcionar el mundo, según mi perspectiva.

Ante esa situación que me genera emociones negativas me quejo. Al quejarme obtengo un alivio personal y/o social ficticio a corto plazo, eso me hace sentir mejor y le resto importancia al problema.. hasta la próxima vez.

¿Qué crees que haces entonces? Tu cerebro acude al método que le ayudó la última vez, se vuelve a quejar.

Problema, solución satisfactoria, repetición. Y acabas de crear la rutina inconsciente de quejarte.

¿Cuál es el peligro?

El peligro está que al repetirlo de forma sistemática establecemos rutinas que impiden de forma indirecta que podamos poner el foco en la búsqueda de soluciones al problema.

Es decir cuando me quejo me niego la capacidad humana de buscar soluciones que sí­ dependan de mí­, mato la creatividad y me incapacito.

¡Enhorabuena! De repente crees que no hay absolutamente nada que puedas hacer al respecto. ¡Te acabas de anular a ti mismo!

La solución:

Empodérate, hazte dueño de tu vida.

Ante una situación de disconformidad busca poner el foco no en el problema sino en la solución.

Mientras te estés quejando el foco está puesto en el problema y no en la solución.

Al empoderarte y darle el foco a la solución del problema, seremos más creativos y aprovecharemos las emociones negativas para potenciar esa parte. Las emociones negativas cierran el foco, es decir nos permiten centrarnos en un asunto.

Aprovéchalo pero dando el foco a la solución.

Ejemplo:

Me quejo porque la varianza no me «trata con justicia»

La varianza no es algo que yo pueda gestionar pero desde luego quejarme me va a hacer sentir impotente.

Lo que sí­ depende de mí­ es como la gestiono, como la vivencio y cómo permito que afecte a mi juego. ESO Sí DEPENDE DE Mí.

Al poner el foco en la injusta varianza y no en la gestión emocional de la misma generas sufrimiento, impotencia, frustración…

Por cierto ¿recuerdas todo lo que buscabas cuando te quejabas? Que sepas que para colmo si no te lo dan te enfadarás.

El por qué pasa esto nos darí­a para otro post y es algo que también trabajo ampliamente en los coaching, pero la idea básica para trabajarlo es que eso que buscas en los demás, sea lo que sea, deberí­as aprender a dártelo túmismo.

Si no sabes hacerlo no dudes en contactarme ya que es algo que se trabaja en el life coaching

Herramientas:

Se me ocurren dos herramientas para trabajar la queja:

La primera es practicar la no queja:

Se consciente de cuando te quejas y durante un dí­a entero cuando vayas a quejarte en voz alta finge morderte la lengua y no lo digas o si aparece un pensamiento quejicoso páralo diciendo «Gracias por participar pero hoy mando yo».

La segunda es que pienses qué puedes hacer:

Cuando estés en una situación en la que te vayas a quejar, dale el foco a lo que sí­ dependa de ti y busca soluciones que dependan í­ntegramente de ti y sólo de ti.

Recuerda, la queja es un método de huir de una realidad que no nos gusta o no encaja en nuestras creencias de cómo deberí­a ser el mundo.

Nos incapacita y nos limita.

Le damos el foco al problema expandiéndolo en vez de darle la energí­a y el foco a la solución.

La solución ante la queja es detectarla, pararla y empoderarse, dándole el foco a lo que sí­ dependa de nosotros y buscando soluciones.

Ánimo y a por un dí­a sin queja, ¡Ya verás qué cambio!

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