Mark Newhouse tiene 28 años y hace tiempo que su nombre suena como promesa del poker. Irrumpió en la escena como un vendaval, pero con el tiempo su brillo se fue apagando. Ahora está ante la oportunidad de volver a la cima y darle la razón a todos los que confiaban en él.
El año 2006 fue su tarjeta de presentación en el mundillo y no pudo tener un mejor comienzo. Primero firmó una mesa final en el 3.000$ Limit Hold’em de las World Series of Poker® y un par de meses después ganó el 9.700$ World Poker Tour Borgata Poker Open, en el que se llevó un premio de 1.519.020$. Fue el 23.º jugador que ganó más dinero en 2006.
Tras esto, ha ido sumando varias cajas, aunque ninguna tan importante como las anteriores. El año pasado, incluso se pasó la temporada en blanco y en 2013 tampoco había pinchado nada hasta esta mesa final. En total, sus beneficios en torneos en vivo ascienden hasta los 2.004.277$.
Llegará a la mesa final como uno de los short stacks con 7.350.000$, unas 15 ciegas, pero ya demostró en la burbuja que sabe manejarse con un stack corto. Si consigue doblarse, podría llegar a dar mucho juego.
Mark es ahora una persona diferente, con muho más control de su juego que cuando empezó a dar sus primeros pasos. Ha madurado y eso se nota en la mesa. Tras ganar esa millonada con sólo 21 años, se le fue un poco la olla y tomó algunas malas decisiones en cuanto a la administración de su bankroll. Se trasladó a Los Angeles y se torcieron un poco las cosas. Después se rehizo y ahora está considerado un sólido jugador de cash en el Commerce Casino.
Lleva jugando el Main Event de las WSOP® desde 2006 y en 2011 iba por muy buen camino hasta que se topó con Pius Heinz. Estaba entre los 10 mejores stacks en el Día 5, pero acabó en el rail tras perder un bote enorme contra el alemán.
Ahora está ante una oportunidad de oro para sacarse la espinita de 2011 y volver por todo lo alto a la primera línea del poker. En noviembre sabremos si estamos ante el regreso del hijo pródigo o si se trataba tan sólo de un espejismo.
