Qing Liu sabía desde hace unos días que esta semana iba a estar jugando una mesa final del World Poker Tour, quizá ganándola, por qué no, pero él pensaba que sería la del WPT Gardens aplazada en enero del año pasado y secuestrada por la pandemia durante todo un año.
Ha terminado celebrando un título, sí, pero el de otro torneo, el WPT Venetian. Una celebración comedida, porque le separan menos de 24 horas de la segunda mesa final, la que lleva esperando desde 2020.
Mientras los seis finalistas estaban en el casino, peleando por un premio de 752.880$, el director de torneos del WPT Matt Savage y el del Venetian Tommy LaRosa estaban combatiendo un enfrentamiento paralelo en redes sociales, a cuenta de la estructura del torneo.
Antes de la expansión del COVID, el WPT hacía uso extensivo de las mesas de diez jugadores para ganar aforo en torneos con grandes fields y, especialmente, para evitar el juego en mesa corta en las burbujas de mesa final. Cada eliminado acelera el ritmo de puesta de ciegas de los restantes jugadores y tiene un efecto directo en la varianza que tienen que soportar los aspirantes. A partir de que quedan 16 jugadores en el torneo, es inevitable que las mesas se vayan quedando con cada vez menos ocupantes. El número mínimo que aceptaba antes el WPT era cinco, y en cuanto se eliminaba el 11º clasificado, se daba paso a una mesa final de 10.
Con las medidas sanitarias que requiere organizar un torneo en plena pandemia, las mesas de 10 no son una opción. La separación entre los jugadores y la instalación de pantallas aislantes limitan el número de jugadores que caben en una mesa a ocho, y es inevitable que en la burbuja de mesa final se genere una mesa de cuatro jugadores.
La polémica surgió porque en la estructura propuesta por el WPT para sus torneos post-COVID, el redraw de la mesa final no se produce cuando quedan ocho jugadores, sino cuando quedan siete. Se obliga a los jugadores a seguir jugando en dos mesas de cuatro cuando se elimina al noveno clasificado, pese a ser totalmente factible reunificar el field.
Jared Jaffee aireó en Twitter el descontento que mostraron los jugadores ante semejante medida, y tuvo palabras muy duras contra ambas vertientes de la organización, la del Venetian y la del WPT. Cuando se intentó acordar con la dirección del torneo un cambio sobre la marcha, ninguno de los dos máximos responsables, ni el director de torneos del WPT ni el máximo responsable de la poker room estaban presentes en el torneo. Sus subordinados se remitieron a órdenes superiores para cerrar la discusión, con el consiiguiente disgusto general.
Matt Savage contesstó de malas maneras a Jaffee, insinuando que las protestas se debían a la situación precaria de Jared en el torneo, lo que enfadó inmensamente al pro estadounidense. Sergio Aido, que acabó siendo el 7º clasificado, hizo un inciso en la discusión para confirmar que Jaffee no mentía, que los ocho jugadores presentes en el momento de la discusión con la dirección querían pasar a una sola mesa y que el tema se empezó a rumiar cuando Jared era el tercer clasificado de un grupo de 10 jugadores.
Thatâ€s true. I was playing too and everybody at my table was advocating to go 8handed
— Sergio Aido (@petgaming) March 10, 2021
Ni Jaffee ni Sergio tenían voz ni voto ya en la mesa final de seis. Allí el mandamás era el ex-campeón del Main Event de las WSOP Joe McKeehen, que tenía todas las ventajas posibles sobre sus rivales. La experiencia, las fichas, todo le hacía el gran favorito de la partida, y no cupo ninguna duda al respecto hasta que Qing Liu le arrebató el liderato por primera vez en el heads-up.
- Joe McKeehen 10.850.000 (87 bb).
- Roland Rokita 8.450.000 (68 bb).
- Trace Henderson 5.925.000 (47 bb).
- Qing Liu 5.725.000 (46 bb).
- Kou Vang 3.550.000 (28 bb).
- Jack Hardcastle 3.025.000 (24 bb).
Tanto McKeehen como Rokita ganaron puntos en las primeras órbitas de la partida. El mayor perjudicado fue Trace Henderson, que se quedo con 1,5M de puntos antes de quedar eliminado por Qing Liu, que le pagó 10bb de push en guerra de ciegas. Henderson llevaba mano, dos nueves, pero cualquier broadway flipea contra ella, y Liu llevaba QT.
Las posiciones permanecieron más o menos fijas, sobre todo en la parte alta de la tabla, hasta que McKeehen empezó a romper la partida en la mano 79. El líder le pagó un rerrobo de 20bb a Vang y le ganó el flip, y poco después selló el destino de Jack Hardcastle en una mano muy similar al de la primera eliminación de la FT, en guerra de ciegas contra el shortstack.
Una doblada a tiempo de Rokita le puso incertidumbre a la mesa de tres. McKeehen conseguía mantener su margen en cabeza a base de rachas de manos ganadas consecutivas, pero cuando se formaba un bote que amenzaba con dar paso al heads-up, los stacks medios se salían con la suya. McKeehen fue paciente y dejó que uno de sus rivales se desgastara lo suficiente para abrir el rango de call sin riesgo para su liderato. El que cayó fue Rokita.
Liu marcaba el stack efectivo del HU con 43bb, por las 82bb de McKeehen, pero el futuro campeón fue capaz de darle la vuelta a la tortilla en cinco manos. Tres de ellas acabaron con folds de McKeehen en river después de apuestas en mútliples calles. La caída del favorito no se detuvo hasta llegar a zona de push o fold, y ahí Liu supo mantener la presión hasta que se dio el primer all-in y call. Liu iba dominado, con contra , pero ligó su kicker en el flop y no hubor lugar a prolongar la agonía de McKeehen.
- Qing Liu 752.880$
- Joe McKeehen 491.960$
- Roland Rokita 363.235$
- Jack Hardcastle 271.050$
- Kou Vang 204.430$
- Trace Henderson 155.865$
Liu parte de la quinta posición en la final del WPT Gardens Poker Championship, otra mesa en la que todos los factores se alían con la figura de Chance Kornuth para que haya un favorito claro al título.