La noticia de que PokerStars vuelve a estar en el mercado es uno de los temas favoritos en los corros de los expertos del sector del juego online. La pasada semana ha estado repleta de rumores, y uno de los más interesantes sería el posible interés de los Scheinberg en retomar el timón de la sala que fundaron hace un par de décadas.
La subasta por la pica roja la abrió David Baazov en su despedida como presidente de Amaya. Incapaz de desvincularse de la que fue su compañía, dejó caer que intentaría reprivatizarla y pagaría generosamente por cada acción de la misma.
La junta directiva se vio forzada a estudiar la posible venta, abriendo la puerta a otras ofertas que pudieran mejorar la de Baazov, en interés de los accionistas. Al final, lo de Baazov era un farol, pero la compañía ya estaba siendo subastada, y GVC y William Hill mostraron interés en adquirir la matriz de PokerStars.
Adam Small, fundador de Pocketfives, le ha añadido un poco más de pimienta al guiso al asegurar que el rumor que más suena en la calle es que los Scheinberg, antiguos dueños de la sala, están preparando su vuelta a PokerStars, lo que entre otras cosas significaría abandonar los planes de operar en Estados Unidos.
@Poker_Hack @Grange95 Word on the street is that Stars is going to be re-privatized, and Scheinbergs back involved, leaving US again
— Adam Small (@AdamLoebSmall) 6 de octubre de 2016
@Grange95 @Poker_Hack Heard it from a few people around G2E this year, but like most rumors, no idea where it started
— Adam Small (@AdamLoebSmall) 6 de octubre de 2016
Small sitúa el origen del rumor en los pasillos del G2E, la Global Gaming Expo, una de las convenciones más importantes de la industria del juego online que se celebró en Las Vegas hace apenas una semana. Cualquier cotilleo que salga de allí proviene de fuentes bien informadas.
Los Scheinberg vendieron PokerStars por más de 4.000 millones de dólares, y el precio de Amaya a 6 de octubre era de unos 2.600 millones. Al final, el alquiler de PokerStars habría rentado un dineral y la compañía volvería a estar en sus manos. El problema del mercado estadounidense, el quebradero de cabeza que decidió a los canadienses a vender, se ha revelado una minucia. Los avances en la legislación son raquíticos y el único mercado en el que PokerStars logró meter la cabeza, Nueva Jersey, ha resultado ser poco rentable y demasiado competitivo. Quién lo diría.
Pero cuidado, la rápida evolución que ha sufrido en los últimos días el recién estrenado culebrón sobre la reprivatización de PokerStars tiene un doble efecto sobre esta noticia. Por un lado, la directiva de Amaya ha reconocido en una nota de prensa que efectivamente está contemplando un cambio de dueño, lo que le otorga veracidad al rumor. Lo malo es que en esa misma nota parece dejar entrever que la elegida para la fusión es la británica William Hill y que las conversaciones están mucho más avanzadas de lo que nadie podría haber sospechado.
En el mundo del «bisnes», hasta que algo está firmado y se hace entrega de las llaves no se puede dar nada por hecho. Puedes dar por seguro que si los Scheinberg tienen realmente una oferta preparada, esta será estudiada. Pero ahora mismo los Scheinberg no parecen siquiera un segundo plato. Mejor no hacerse demasiadas ilusiones de que PokerStars recupere el verdadero significado de su antiguo slogan «Somos poker»